EMPRENDEDOR Y EMPRESARIO UNA CONSTRUCCIÓN DESDE LA
DINÁMICA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO
BUILDING AN ENTREPRENEUR AND FROM THE DYNAMICS OF
ECONOMIC THOUGHT
Wilfrido de Jesús Primo
Tapia
Economista (Universidad de
Cartagena, Colombia). Magíster en
Desarrollo Empresarial (Universidad
del Magdalena, Colombia).
Doctorando en Ciencias Económicas
(Universidad del Zulia, Venezuela).
Docente de la Universidad de
Cartagena en el área de economía
para el Programa Administración de
Empresas.
wprimot@unicartagena.edu.com
Dirección Programa Administración
de Empresas Campus Piedra de
Bolívar, Avenida del Consulado Calle
30 No. 48 – 152, Cartagena, Bolívar,
Colombia.
orcid.org/0000-0002-5827-929X
Héctor Felipe Turizo Tapia
Economista (universidad del
Atlántico-Colombia). Magíster en
Desarrollo Empresarial. (Universidad
del Magdalena-Colombia).
Funcionario de la escuela superior de
Administración Pública - ESAP
Resumen
El nacimiento de empresas y la su-
pervivencia de otras en un mercado
competitivo está sujeta al papel que
desempeñan emprendedores y em-
presarios. En la historia del pensa-
miento económico se pueden encon-
trar contribuciones a la formación de
empresario y emprendedor. Este tra-
bajo, expone los principales enfoques
del pensamiento económico que han
contribuido con el desarrollo del con-
cepto de empresario y emprendedor.
Al respecto, se abordan las concep-
ciones de las escuelas económicas,
desde la óptica de los representantes
más relevantes, para comprender al
empresario como agente que produ-
ce benecios mediante la gestión de
recursos; adicionalmente, se muestra
cómo se concibe al emprendedor,
en el rol de innovador, de agente
de cambio, y oportunista para crear
nuevas empresas o aprovechar opor-
tunidades de negocios. Finalmente
se presenta una reexión sobre los
esfuerzos de los estados latinoameri-
canos para desarrollar la mentalidad
emprendedora y la creación de em-
presas, con el objeto impulsar el cre-
cimiento económico de los países y la
región en general.
Palabras claves: Desarrollo
empresarial, Empresario, Em-
prendedor, Innovación y De-
sarrollo Económico.
Códigos Jel: B1, M2, M13
Abstract
The birth of companies and other
survival in a competitive market is
subject to the role of en-
trepreneurs and businessmen. In
the history of economic thought
can be found contributions to the
formation of a businessman and
entrepreneur. This work presents
the main approaches of economic
thought that have contributed to
the development of the concept
of businessman and
entrepreneur. In this regard, the
concepts of economic schools are
addressed from the perspective
of the most important
representatives, to understand
the entrepreneur as agent
producing benets through
resource management; additiona-
lly it shows how the entrepreneur
is conceived in the role of inno-
vator, change agent, and oppor-
tunistic to create new businesses
or take advantage of business
opportunities. Finally a reection
on the eorts of Latin American
states has to develop the entre-
preneurial mindset and business
creation, in order to boost econo-
mic growth of the countries and
the region in general.
Keywords: Business Develo-
pment, Entrepreneur, Entre-
preneur, Innovation and Eco-
nomic Development.
Jel Codes: B1, M2, M13
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Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/).
DOI: https://doi.org/10.18583/umr.v2i1.44
Recepción: 13 de Enero del 2017; Aceptación: 10 de Febrero del
2017 Publicación: 28 de Abril del 2017
2017
Universidad Politécnica de Guanajuato
demanda, los mercados, los pre-
cios, el desempleo, la inación
(Terapuez & Botero, 2007)y el
comportamiento del sistema eco-
nómico, dejando de lado el con-
cepto de empresario y empren-
dedor, aunque lo dene como un
importante factor de producción
– habilidad empresarial – siempre
ha mostrado mayor interés por la
tierra, el trabajo y el capital; re-
cientemente por la tecnología y el
conocimiento.
Para muchos economistas, en la
teoría económica, el empresario y
emprendedor han sido asociados
al factor trabajo, haciéndolo ver
como un trabajo común y corrien-
te. Aun así, el papel de emprende-
dor, es un talento especial que no
es tan común como el de un traba-
jador ordinario.
En este orden de ideas, la capaci-
dad emprendedora de cada indivi-
duo ha sido asociada al rol del em-
presario que asume riesgos, hace
innovaciones y gestiona procesos
de cambio en su organización y en
el contexto. Durante el desarrollo
y construcción del pensamiento
económico cada una de las es-
cuelas y economistas han dado
una interpretación del papel que
ha cumplido el empresario como
agente dinamizador de la activi-
dad económica y gestor del cre-
cimiento y desarrollo económico.
Aunque a lo largo de la historia lo
que más ha llamado el interés de
los economistas es responder por-
qué unos países son más ricos que
otros. Ésta preocupación siempre
ha sido resuelta desde el punto de
vista cuantitativo, es
decir, que las variables que inu-
yen en el desarrollo económico tie-
nen un carácter exógeno. Desde
esta perspectiva se dejan de lado
otras variables como el emprendi-
miento y el empresario que, entre
otras, podrían tener mayor peso a
la hora de dar respuesta sobre la
riqueza o no de algunas naciones.
Tradicionalmente, las guras de
empresario y emprendedor, se
han identicado, en la mayoría de
los casos, en una misma persona.
Por lo anterior, es necesario acla-
rar que empresario es quién dirige,
es decir, el responsable del buen
funcionamiento de la empresa; el
emprendedor puede tomar inicia-
tivas, asumir riesgos y aprovechar
oportunidades para sacar bene-
cios en la creación de nuevas em-
presas, por ello es un innovador,
que, aunque no aporte capital
como lo hace el empresario, sus
habilidades lo hacen muy diferen-
te. (Véase Cuadro 1)
Este trabajo constituye una recen-
sión de la construcción del concep-
to de empresario y emprendedor
a través de la evolución del pen-
samiento económico y desde los
diferentes aportes y puntos de
vista de escuelas de pensamiento
y economistas representativos.
Así pues, también pretende mos-
trar cómo se ha interpretado el
rol, que tanto, empresario como
emprendedor han desempeña-
do durante la historia de las ideas
económicas, y lo más importante,
la función que cumple que como
generador de riqueza.
Introducción
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El marco referencial de este trabajo está dado por
las teorías que estructuraron el cuerpo doctrinario
de la economía, que a través de estudios del desarro-
llo de las ideas económicas, se consolidó en escuelas
de pensamiento. En consecuencia, se apoya en las
teorías expuestas por cada uno de los más relevan-
tes pensadores, cuyos aportes, ayuden a interpretar
el papel del emprendedor y empresario. De esta ma-
nera, se inicia con los lineamientos mercantilistas,
pasando por los aportes siócratas, luego por los
clásicos y neoclásicos, sumando los de la escuela so-
cialista y por último con los economistas y escuelas
más recientes.
Por lo anterior, el tema se ubica en el estudio en
las aportaciones que hicieron economistas y escue-
las de pensamiento durante el desarrollo histórico
- económico de la humanidad y de cómo desde sus
teorías denen o conceptúan el emprendedor y el
empresario como actores y gestores de desarrollo
económico. Siendo así, el paradigma sobre el cual
se trabaja es el papel del empresario y del empren-
dedor interpretado desde la óptica de las escuelas
de pensamiento económico. Especicando aún más,
la particularidad estudiada se enmarca dentro de la
función que cumplen ambos como agentes dinámi-
cos y generadores de cambio y progreso.
El objetivo de este estudio es analizar, desde la di-
námica de las escuelas de pensamiento económico,
los aportes que han contribuido con la construcción
del concepto de emprendedor y empresario, con la
nalidad hacer una caracterización desde los roles y
funciones que desempeñan en el mundo empresa-
rial o de negocios. Por lo anterior, el estudio, desde
el punto de visto conceptual, trata de responder las
preguntas: ¿Cuáles son los aportes que desde las
escuelas de pensamiento económico han contribui-
do en la formación del concepto de emprendedor y
empresario? ¿Cuáles son las características, desde las
teorías económicas, que diferencian a un empresario
de un emprendedor?
Ilustración 1. El empresario y el emprendedor como
agente dinámico en la actividad económica.
Fuente: Grebel (2007, p. 148). Adaptado por los autores.
Marco TeóricoObjetivo
TIERRA
TRABAJ O CAPITA L TECNOLOGÍ A CONOCIMIENTO
RECURSOS NO
RENOVABLE S
RECURSOS
RENOVABLE S
FUNCIÓN DE PRODUCCIÓN
Bienes y Servicios
HABILIDADES EMPRESARIAL ( EMPRENDEDOR -EMPRESARIO)
INGRESOS
Distribución-Logística-Comercialización
INTERESE S RENTA G ANANCI A SALARIOS
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Este estudio tiene un carácter
histórico - documental, dado que
pretende hacer un análisis de so-
bre las contribuciones que, des-
de las escuelas económicas, que
permitan mostrar la construcción
del concepto de emprendedor y
empresario; comprende la fun-
ción que cumplen en la empresa
y la sociedad, y sus características
más importantes. Por consiguien-
te, pretende mostrar la relación
del empresario y el emprendedor,
con el progreso de las naciones.
Para tal n se recurre a instru-
mentos o documentos escritos
sobre la historia del pensamiento
económico, complementadas con
documentos representativos y bi-
bliografías sobre el tema de em-
prendimiento y empresario. Pos-
teriormente, se toman los aportes
más signicativos para el estudio,
haciendo un recorrido cronológi-
co desde los Mercantilistas, hasta
los institucionalistas, enfatizando
en elementos que describen el rol
emprendedor y el rol del empresa-
rio con el objeto de hacer una ca-
racterización.
En PARALELO ENTRE EMPRESARIO Y EMPRENDEDOR
INGRESOS este orden de ideas, es preciso comparar y contrastar, las
categorías empresario y emprendedor de tal manera que permita in-
dependientemente del rol que desempeñe cada uno, ubicar su origen
para tomar los elementos históricos de referencia, con el propósito de
entender la función que cumplen, desde los diferentes enfoques o es-
cuelas de pensamiento. Por lo anterior, se inicia con la denición de em-
prendedor, posteriormente con empresario y por último se muestra en
conjunto las relaciones entre ambos, sin dejar de lado la inuencia que
tiene como variables generadoras de crecimiento y desarrollo econó-
mico.
El proceso emprendedor Según Zimmerer y Scarboraugh (Zimmerer &
Scarborough, NM, 1996), está fundamentado en la teoría económica
(Caldera, Rodríguez, & Moreno). En este sentido exponen que J.B. Say
fue el primero en conceptualizar el término emprendedor, alrededor de
1800. Para Say, el emprendedor “cambia los recursos económicos de un
área de muy baja productividad hacia otra área de la más alta producti-
vidad y rendimiento”. Además, arman que la función más importante
del emprendedor, era hacer cosas diferentes, dicho de otro modo, el
cambio; poniéndolo como en el centro tanto del proceso de producción
como de la teoría de distribución, lo cual iría más tarde a inuenciar en
otros teóricos de la economía.
En este sentido, el emprendedor representa la gura estelar de la eco-
nomía de mercado y se encarna en un agente con determinadas ca-
racterísticas para crear e innovar, también para adoptar las decisiones
necesarias que le permitan acometer con éxito nuevos proyectos o ne-
gocios y saber asumir los riesgos que se encuentran en este desempeño
particular.
Del mismo modo, la acción del emprendedor es siempre comenzar o
acometer una obra, un empeño o un negocio, bien de nueva creación o
que representa una innovación, más o menos radical, sobre lo ya exis-
tente, y que, en cualquier caso, encierra dicultades y riesgos singulares
y complejos, a la vez, que entraña motivación, ante los diferentes desa-
fíos y retos.
Metodología Paralelo entre empresario
y emprendedor
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Por otro lado, el término “empresario” tiene muchas
connotaciones y la literatura sobre el tema es diver-
sa. Existe, por ejemplo, bibliografía sobre el empresa-
rio como factor de producción, coordinador y su re-
lación con el equilibrio, manager y líder carismático,
innovador, factor de crecimiento económico, y otros
(Londoni, 2006) A pesar de esta relativa abundancia
de signicados, los libros de texto de economía tra-
tan el tema de manera parcial o, simplemente, no lo
mencionan de forma directa. (Calvin & Francis, 1999)
El término parece haber surgido en el siglo XV, y se
aplicaba a personas que corrían riesgos, especialmen-
te durante las guerras. Ya para el siglo XVI, el térmi-
no se refería a “un hombre de negocios a gran escala
que acordó proveer, asumiendo la responsabilidad
de combinar los factores de producción por su cuen-
ta y riesgo”. (Elkjaer, 1991) Probablemente el origen
de la palabra entrepreneur, es celui qui entreprend,
que implica una persona activa y con iniciativa. La pa-
labra tiene su origen en el verbo entreprendre, que
tiene un
signicado similar a “lograr que las cosas se hagan”.
Hasta el siglo XVI, entrepreneur signicaba: (1) to-
mar, apoderarse de (saisir); (2) sorprender, descubrir
(surprendre).1
Se entiende, entonces, que la persona empresaria
(en el idioma inglés conocido como “entrepreneur”)
es aquel agente, con la energía, el dinamismo y la e-
xibilidad para resolver los problemas y además am-
biciosa e inquiridora (Acosta & Natralia, 2003). Este
tipo características y estrategias provienen del latín
quaero que signica “buscar”. La teoría moderna del
empresario está principalmente interesada en estu-
diar la característica primaria del empresario: la bús-
queda de, o descubrimiento de, nuevo conocimiento
(Acosta & Natralia, 2003)
1 Elkjaer (1991, 805), citando a Bloch y Wartburg (1950).
Hoselitz (1962), ofrece un análisis aún más detallado de los orígenes
lingüísticos del término entrepreneur y su uso antes de la aparición de
Cantillon.
Quizás, desde algunas escuelas de pensamiento,
el papel del empresario, no lo denen con claridad,
pero dejan entrever sus teóricos, que es un elemento
importante, ya sea en el modo de producción capita-
lista o socialista. Con esta perspectiva, precisamente,
no se puede pasar por alto fácilmente el papel y la
contribución del empresario, dado que en el meca-
nismo de precios el empresario es pasivo e invisible.
Pero, cuando hay desequilibrio, incertidumbre, infor-
mación imperfecta o racionalidad limitada, el papel
del empresario es suplir al mecanismo de precios.
La gura del empresario es introducida en el análisis
del proceso como el agente que descubre y explota
oportunidades que habilitan el tránsito desde el des-
equilibrio hacia el equilibrio. Hayek indica que los em-
presarios son una clave de la coordinación:
No puede decir nada pero que, en determi-
nadas condiciones, el conocimiento y las intenciones
de los diferentes miembros de la sociedad se supone
que vienen más y más en un acuerdo o, por decirlo
de la misma cosa en menos general y menos precisa,
pero más concreta, que la expectativas de la pobla-
ción y en particular de los empresarios se volverán
más y más correcto (Hayek, 1937).
Siempre que los mercados sean abiertos y estén li-
bres de interferencia externa por parte de las autori-
dades, los empresarios actuarán promoviendo ajus-
tes equilibrantes. El proceso del mercado es, en este
sentido, necesariamente competitivo y empresarial.
(Von Mises & Kirzner, 1973) En términos de bienes-
tar, sujetar el ingreso de los empresarios a un sector
rentable tiene efectos inversos a los deseados: retrae
la división del trabajo, el incremento de la productivi-
dad y la acumulación de capital. Una sociedad en la
que existe competencia entre empresarios es capaz
de coordinar pero también de orientar fuerzas para
liberar y economizar recursos, por un lado, y lograr el
crecimiento económico, por otro (Kirzner, 1997).
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El Espíritu Empresarial
Mercantilista
Los nuevos descubrimientos del
siglo XV, marcaron la transición de
Europa hacia otra época en que el
mundo europeo se vio colmado de
sorpresas. Nuevas tierras, nuevas
conrmaciones de esa teoría con
la redondez de la tierra, el descu-
brimiento de pueblos hasta ahora
desconocidos y el encuentro de
riquezas insospechadas, transfor-
maron las costumbres medievales
y originaron una nueva mentali-
dad (Ramírez, 2002). La apertura
de minas de oro y plata del nue-
vo mundo y el acceso a nuevos
recursos naturales estimularon el
comercio y el desarrollo de econo-
mías basadas en dinero (Ramírez,
2002). Esto quiere decir que, el
espíritu mercantilista, se traducía
en el afán de obtener utilidades,
buscando el lucro a través de em-
presas y negocios que permitieran
la acumulación de metales precio-
sos y acrecentar la riqueza. Este
cambio de mentalidad de la socie-
dad europea, surgida de las ideas
emancipatorias de Lutero y Cal-
vino, transformaron la conducta
social del hombre y su destino des-
pués de la muerte. Fue así como el
protestantismo y especialmente
el calvinismo promovió el espíritu
mercantilista de ahorro, la ambi-
ción económica y la adquisición
de riquezas por medio de sagaces
tratos y libertar en toda suerte
de operaciones económicas (Ra-
mírez, 2002)
De esta manera empezaron a fun-
cionar las primeras empresas de
negocios, tal cual, como las rmas
comerciales funcionan hoy, sur-
gieron por los descubrimientos,
las conquistas y las colonizacio-
nes, apoyadas en el nuevo espíri-
tu protestante. Los mercaderes,
que se lucraban de todo tipo de
actividad, sirvieron de base para
la consolidación de un fuerte Esta-
do que favoreció la expansión del
comercio y la protección, tanto
de la competencia como de otros
ataques. Desde ese momento apa-
recen, como entes, las primeras
sociedades o rmas comerciales
con personería jurídica, diferentes
a las personas naturales, como la
Compañía de las Indias Orienta-
les, en Inglaterra. Es necesario re-
saltar que el nuevo elemento de
la sociedad es el empresario, con
afán permanente de obtener be-
necios y acumular riqueza. Junto
a esto surgen nuevas estrategias
de gestión de gestión empresarial,
como la publicidad, los precios es-
critos en las mercancías y el uso
del papel moneda. También apare-
cen los primeros bancos y nuevos
instrumentos para garantizar deu-
das y nanciar negocios.
En este sentido, el perl del em-
presario mercantil estaba funda-
mentado bajo el principio de lucro,
pareciéndose al capitalista afana-
do por conseguir riquezas, expo-
niendo lo mínimo, dado el sentido
proteccionista y conservador del
empresario.
¿Emprendimiento, de Los
Fisiócratas o de Los Mercanti-
listas?
La siocracia que signica “norma
o ley de la naturaleza”, se desarro-
lla en Francia a mediados del Siglo
XVII y parte del XVIII. Considera-
da, por muchos, como la primera
escuela económica importante. El
más destacado, en tomar como re-
ferencia el papel del empresario,
fue Richard Cantillón (1680-1734),
cuya obra de 1755, Essai sur la natu-
re du commerce en general (Ensa-
yo sobre la naturaleza del comer-
cio en general, escrita entre 1730 y
1734). Precisamente fue, Cantillón,
quien introdujo por primera vez
el concepto de empresario, adu-
ciendo que la economía funciona-
ba como un sistema de mercados
organizados e interrelacionados,
de tal manera, que alcanzaban un
tipo de equilibrio, dada
la relación entre individuos e ins-
tituciones. El sistema tiende a
ajustarse por el libre juego de los
empresarios egoístas que dirigen
<<todo el trueque y la circulación
del Estado>> (Ekenlund, Robert, &
Herbert, 2003). Los empresarios,
como otros participantes, están
interrelacionados recíprocamen-
te, en tanto que son consumidores
y clientes los unos respecto a los
otros.
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En consecuencia, el mercado es concebido como un
espacio de competencia permanente, entendido, más
bien, como un proceso de rivalidad entre los conten-
dientes para ganar clientes. En esta competencia, el
papel del empresario, es vital y omnipresente, pues-
to que reacciona ante los movimientos de precios en
los mercados especícos. Es destacable también, la
posición dada al empresario en el estrato económi-
co-social, lo cual, lo llevó a plantar:
Cabe armar que, si se exceptúan el príncipe y los te-
rratenientes, todos los habitantes de un Estado son
dependientes; que pueden, éstos, dividirse en dos
clases: empresarios y gente asalariada; que los em-
presarios viven, por decirlo así de ingresos inciertos,
y todos los demás cuentan con ingresos ciertos du-
rante el periodo que ellos gozan, aunque sus funcio-
nes y sus rangos sean muy desiguales. El papel que
tiene una paga, el cortesano que cuenta y el criado
que dispone de un salario, todos ellos quedan inclui-
dos en este último grupo. Todos los demás son em-
presarios, y ya se establezcan con un capital para des-
envolver su empresa, o bien sean empresarios de su
propio trabajo, sin fondos de ninguna clase, pueden
ser considerados como viviendo en un modo incierto,
los mendigos mismos y los ladrones son empresarios
de esta naturaleza. (Ensayo, p. 43).
Vale la pena señalar, que Cantillón distingue entre
empresario capitalista y emprendedor, el primero tie-
ne respaldo de su capital y es el propietario, fabrican-
te o comerciante y el segundo es quien trabaja por
sí sólo o dependiendo de su propio trabajo. No obs-
tante, los empresarios enfrentan la incertidumbre del
mercado y corren riesgo, pero, es aún más incierto, el
juego del empresario que no cuenta con capital que
el capitalista mismo; dado que las ventas y los precios
de venta son inciertos y no jos, su ganancia se con-
vierte asimismo en un residuo incierto, al respecto
Cantillón anota,
Estos empresarios no pueden saber jamás cual será
el volumen del consumo en su ciudad, ni cuánto
tiempo seguirán comprándoles sus clientes, ya que
los competidores tratarán, por todos los medios, de
arrebatarles la clientela: todo esto causa tanta incer-
tidumbre entre los empresarios, que cada día alguno
de ellos caen en bancarrota (Ensayo, p. 41).
Por ello, Cantillón, quiso establecer el principio, de
que todo el trueque y circulación del Estado, se reali-
zara por mediación de los empresarios, asignando a
la actividad empresarial como esencia la competen-
cia y viceversa. (Ekenlund, Robert, & Herbert, 2003).
En resumen, Richard Cantillón, con rigor y criterio, se
dedicó a analizar los dos factores de la producción
de riqueza nacional: tierra (lo natural) y trabajo (pro-
ductivo) (lo humano). Es el primer economista en de-
sarrollar esta idea. Al combinar ambos factores en el
balance comercial nacional se debería procurar que
los bienes importados tengan mayor proporción del
factor natural - tierra, al mismo tiempo que los expor-
tados posean mayor parte del valor factor - trabajo.
Cuanto más producto natural tenga una economía na-
cional, tantas más personas podrá mantener, pues el
hombre vive del consumo de la materia, no del valor
creado en el trabajo. Frente a la idea del bien común y
de la necesidad de actitudes de cooperación, planteó
el problema del riesgo y la incertidumbre, inherentes
a la actividad empresarial, en un horizonte individua-
lista, y clasista (por esta razón se le considera precur-
sor del concepto de empresario como sujeto que asu-
me riesgos). Para él sólo cuentan dos clases: la de los
independientes, príncipes y grandes propietarios, o
la de los dependientes que se dividen a su vez en em-
presarios y asalariados. Los empresarios reciben un
salario inseguro (no conocen con seguridad los be-
necios que puede aportarle su negocio), los otros,
un salario seguro. Cantillón, es contrario, a la concep-
ción colectiva del comportamiento cooperativo, que
había propugnado antes el Mercantilismo.
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Del mérito, esquivo para Cantillón,
Adam Smith, que al criterio de mu-
chos el “Padre de la Economía Po-
lítica” y que como ningún otro fue
citado por éste es su obra cumbre;
lo es quizás porque su vida intelec-
tual se desarrolla en un mercan-
tilismo tardío, pocos años antes
del orecimiento de la siocracia.
Es por ello, muchos dicen, que su
teoría muestra la apertura a las
nuevas ideas del emprendedor y
empresario, no es mercantil, pero
que tiene la viveza del individualis-
mo mercantil; también mucho de
la siocracia, por el valor dado a la
tierra en la producción y así del li-
beralismo económico, muy contra-
rio, al pensamiento proteccionista
mercantil.
Los Economistas Clásicos y la
Empresarialida
Si se asocia el papel del empresa-
rio, no sólo al dueño de la empre-
sa, o en términos más apropiados
dentro de la economía clásica, al
capitalista. Éste se puede asociar
más al empresario, con base en
las necesidades del mercado y el
afán de lucro, busca la maximiza-
ción del benecio aumentando la
productividad del trabajo, a través
de la especialización y el mejora-
miento de las habilidades del tra-
bajador. Por ello, se puede identi-
car con un aventajado empresario,
aunque su papel no sea explícito
en la denición de empresario o
emprendedor, se muestra como el
dueño del negocio.
Los economistas clásicos, repre-
sentados por Adam Smith, David
Ricardo y J.S. Mill, incluido Carlos
Marx, concebían al empresario
como el propietario del negocio,
es decir, todo aquel que era pro-
pietario del capital. Durante éste
periodo del capitalismo, que aún
se encontraba en proceso de ges-
tación, no existía diferencia entre
el empresario y el capitalista, las
individualidades empresariales pri-
maban y ocupaban una posición
relevante en la sociedad.
Es necesario resaltar que no hi-
cieron esa gran diferenciación,
puesto que existían complejas di-
cultades de carácter histórico, el
desarrollo de la industria y de las
empresas, aún
estaban en proceso de consolida-
ción y de transición para alcanzar
un nuevo peldaño en su desarro-
llo. De ahí, Smith, en su incunable
obra de la economía, la Riqueza de
la Naciones, concede importancia
al progreso económico, siendo
uno de los factores fundamenta-
les del crecimiento económico,
descansa en un concepto que, en
cierto modo, fue institucionaliza-
do por él, la división del trabajo.
Desde esta óptica, la división del
trabajo, contribuye a incrementar
la producción, debido a la espe-
cialización y destreza que logra
adquirir el trabajador durante su
actividad laboral en la empresa,
al adquirir el trabajador mayo-
res destrezas y habilidades en el
trabajo, se produce un ahorro de
tiempo en benecio del empresa-
rio, con las tareas simplicadas y
casi de carácter rutinaria conlleva
a la invención de nuevas máquinas,
elevando la productividad y gene-
rando un impacto en el desarrollo
empresarial. En términos sencillos,
Smith arma que la división del
trabajo descansa en la magnitud
del mercado, el crecimiento de las
ciudades y en la libertad del mer-
cado como pilares fundamentales
del progreso y del desarrollo in-
dustrial.
Por lo tanto, Smith considera im-
portante el concepto de “hombre
económico,” al que mueve única-
mente el interés personal, consi-
guiendo los nes que persigue por
medio de la competencia. El inte-
rés personal no contradice, según
el autor, los intereses generales,
pues así es el orden natural (Kara-
tiev & Rindynes, 1962).
Otro enfoque de los clásicos, aun-
que incipiente del desarrollo em-
presarial, se encuentra en David
Ricardo, dado lo que concierne, al
análisis sobre la maquinaria, para
lo cual plantea, que la esperanza
de obtener utilidad anima al em-
presario particular a la introduc-
ción de nuevas maquinarias, así
“estará determinado por los efec-
tos que de ella se esperan sobre
las utilidades o, según sus pala-
bras, sobre el producto neto, más
bien, que sobre el producto bruto
de la industria.
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Muestra que un aumento de maquinaria puede con-
ducir al aumento del producto neto con una dismi-
nución simultánea del producto bruto.” (Roll, 1999).
Esto signica que con el aumento de la técnica en la
producción se puede producir un desplazamiento de
la mano de obra.
Desde la Posición de John Stuart Mill (1806 – 1873), el
progreso empresarial se descompone en tres aspec-
tos: aumento del capital, aumento de la población y
mejoras en la producción. Bajo la inuencia de Say,
se esfuerza por resaltar que el empresario requería
una capacidad especial, pero no la precisa de mane-
ra puntual (Terapuez & Botero, 2007). Arma que el
empresario debe:
… tener una remuneración por su tiempo y su tra-
bajo. La dirección de las operaciones comerciales e
industriales suele recaer en la persona que suministra
la totalidad o la mayor parte de los fondos con los
que se realizan, y que, casi siempre, es la única intere-
sada o la más interesada (al menos directamente) en
el resultado. Para ejercer esta dirección con ecien-
cia, si la empresa es grande y complicada, se precisa
una gran asiduidad en el trabajo y con frecuencia una
habilidad más que ordinaria. Esta asiduidad y esta ha-
bilidad tienen que remunerarse (Mill, 1951).
[Mill] enfatizó más la importancia del emprendimien-
to para el crecimiento económico. Expresó que el de-
sarrollo del entrepreneurship requiere habilidades no
comunes y lamentó la inexistencia de una palabra en
el idioma inglés que tuviera el mismo signicado que
el término “entrepreneur” en francés. (Mill, 1951) .
A causa de esto se le considera quien introdujo el tér-
mino entrepeneur en el uso general de los economis-
tas ingleses.
J. B. Say y la Administración de los Recursos
Las contribuciones hechas por Jean Baptiste Say, al
concepto de empresario y emprendedor, estaban
fundamentados en su experiencia, dado que se con-
solidó como uno de los primeros empresarios de la
mecanizada industria francesa de los hilados de algo-
dón. El relaciona directamente al empresario con la
actividad productiva industrial, e introduce la idea de
administración y coordinación de los recursos como
características centrales en la cotidianidad que el
mundo capitalista va a desplegar a lo largo del siglo
XX, no sólo en el interior de las actividades empresa-
riales sino de manera análoga en cualquier organiza-
ción que produzca esta sociedad (Ekenlund, Robert,
& Herbert, 2003). Al respecto dice: “Es aquel que uni-
ca todos los medios de producción y logra, con el
valor de los productos, el restablecimiento de todo el
capital empleado más el valor de los salarios, intere-
ses y rentas que paga, además de los benecios que
le pertenecen”. Y precisa que para tener éxito debe
poseer “discernimiento, perseverancia y cierto cono-
cimiento del mundo de los negocios.
La experiencia personal de Say con la aparición del
capitalismo industrial de su época le hace redescubrir
la gura del empresario, de la que ya Cantillon había
hablado, y que es presentado ahora como: el maes-
tro-fabricante en la industria, el campesino en la agri-
cultura, el comerciante en el comercio y en las tres
ramas en general, como la persona que toma sobre sí
la responsabilidad inmediata, el riesgo y la dirección
de una empresa de trabajo, bien sea con capital pro-
pio o prestado.
En este sentido el empresario utiliza con frecuencia
algún capital de su propiedad, pero su retribución
como empresario debe estar conceptualmente sepa-
rada de su retribución como capitalista. Esto porque
el empresario pone en movimiento todo tipo de tra-
bajo, aunque no todas las clases de trabajos requie-
ren las mismas grandes dotes empresariales. Lo que
cuenta a la hora de pagar sus altas remuneraciones a
los empresarios es la escasez del talento empresarial
y el riesgo corrido por el empresario, riesgo no sola-
mente de pérdida de fortuna sino también de pérdi-
da de fama.
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Por lo anterior el empresario hace
cálculos aproximados a la cantidad
del producto especíco, el monto
probable de la demanda y los me-
dios de producción: unas veces de-
berá emplear un gran número de
trabajadores, otras tendrán que
comprar o encargar las materias
primas, buscar trabajadores, en-
contrar consumidores y prestar,
en todo momento, una gran aten-
ción al orden y a la economía. Por
ello el empresario debe dominar el
arte de la superintendencia y el de
la administración. Debe tener una
rápida destreza para el cálculo,
que le permita comparar los gas-
tos de producción con el probable
valor del producto una vez termi-
nado y puesto en el mercado. En
el curso de todas estas complejas
operaciones hay una gran canti-
dad de obstáculos que remontar,
de ansiedades que reprimir, de
contratiempos que subsanar y de
expedientes que proyectar. Los
que no posean una mezcla de to-
das estas cualidades necesarias
fracasarán en sus empeños; sus
empresas pronto se derrumbarán
y su trabajo se retirará rápidamen-
te del capital en circulación, dejan-
do sólo a aquel que esté dirigido
con éxito, es decir, con habilidad.
La capacidad y el talento requeri-
dos limitan, de esta manera, el nú-
mero de competidores.
Por todo esto Say, junto con la ac-
tividad industrial, enriquece el con-
cepto con ideas como la de perse-
verancia o actividad continuada
que es realmente un elemento
estructural en toda acción que hoy
se considere como empresarial.2
El Pensamiento de los Socia-
listas Utópicos en el Desarro-
llo Empresaria
A propósito de los Economistas
de la corriente socialista, denomi-
nados por Carlos Marx como Utó-
picos, concebían a la sociedad en
un cuadro fantástico del futuro del
sistema socialista, las fantasías de
los utópicos penetraron en todos
los rincones de la vida humana, los
problemas económicos y sociales
querían resolverlos por el querer
de ellos, es decir, las pasiones im-
pulsan la historia de la humanidad
como preconcebida por la divini-
dad.
Desde esta perspectiva, Charles
Fourier, uno de los representan-
tes relevantes de ésta corriente de
pensamiento desarrolló una fan-
tasía jamás conocida por la huma-
nidad, “a pesar de su inmadurez y
de su carácter fantástico, su teo-
ría contiene el embrión de ideas
valiosas, desarrolladas posterior-
mente por Marx. También atribu-
ye una considerable importancia
al desenvolvimiento de las fuerzas
productivas al empleo de nuevos
instrumento de producción” (Ka-
ratiev & Rindynes, 1962).
2 Ekelund, Robert y Hebert, Robert.
“Historia de la Teoría Económica y de su Méto-
do” 3 Ed. Madrid, Mc Graw Hill. 2005.
A pesar de su falta de pondera-
ción, Fourier, estableció treinta
seis periodos de desarrollo social
y cuatro periodos de desarrollo de
la sociedad, comprendió acertada-
mente que cada período de transi-
ción del desarrollo de la sociedad a
otro nuevo está relacionado con la
invención de nuevos instrumentos
de producción.
Fourier, en su afán de construir
una sociedad idealista, elaboró un
proyecto de organización que de-
nominó las falanges, lo que debía
ser la sociedad socialista, estruc-
turado en la asociación de las di-
símiles clase sociales para armoni-
zar las relaciones de producción
en la sociedad, para organizar las
falanges se requerían cuatro mi-
llones de francos y los capitalistas
por su condición eran los llamados
a proporcionar los recursos eco-
nómicos, aporte este que los con-
vertiría en accionista y miembros
de la falange. Sobre este aspecto,
Fourier, estableció un proceso de
distribución de los ingresos produ-
cidos por la falange en tres partes,
así: al capital, los obreros y el ta-
lento humano, de manera propor-
cional.
Con este modelo de organización,
Fourier creía y estaba convencido
que acabaría con los males de la
sociedad capitalista y alcanzaría
un nivel de desarrollo empresarial,
nunca antes visto por la humani-
dad.
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Otro de los grandes pensadores en la sociedad utópi-
ca es Robert Owen, quienes lo consideraban el padre
del sistema de producción industrial. Marx se refe-
ría a Owen como “el padre de las fábricas y de los
bazares cooperativos”. A los nueve años comenzó a
trabajar en empresas comerciales. A los veinte años
dirigía una fábrica de hilado de algodón en la ciudad
Mánchester, Inglaterra. En ésta fábrica dio a conocer
su talento de innovador e introdujo diversos perfec-
cionamientos técnicos, adquiriendo una connotada
popularidad en los círculos industriales de Inglaterra.
Como empresario de la época extendió el radio de ac-
ción en Inglaterra y abrió otra fábrica en la ciudad de
New Lanark, donde también introdujo nuevos pro-
cedimientos técnicos para aumentar la producción
a nivel interno, impulsó y organizó racionalmente la
producción, también logró mejorar los problemas
que padecían los obreros.
Robert Owen era un innovador perenne del periodo,
la fábrica de Lamark se convirtió en modelo, no ha-
bía instituciones que correspondieran a la democra-
cia ni mucho menos policías y cárceles, elevó el nivel
de vida de los obreros con respecto a otras empre-
sas. También impulsó la construcción de vivienda de
los obreros, se le considera el fundador de la caja de
ahorro y de seguro, construyó las guarderías de los
niños y las casas cuna e institucionalizó los comités
sanitarios. Fue el pionero en reducir la jornada labo-
ral, el legado histórico de Owen, ha servido a los em-
presarios modernos en sus propósitos de implemen-
tar lo que se puede llamar el desarrollo empresarial
social. Además, su mayor aporte, al desarrollo em-
presarial, lo establece en su desmesurado propósito
por defender los obreros, por las condiciones que
padecían en las fábricas, lo indujo a una lucha abierta
por una legislación fabril. También reclamaba la abo-
lición del trabajo infantil en las fábricas, propuso la
creación de unos inspectores fabriles pagados y es-
taba de acuerdo en reducir la jornada laboral en los
adolescentes, en algunos casos, estas reivindicacio-
nes tuvieron eco, debido a la labor titánica realizada
por Owen dado por el proceso de metamorfosis que
encarnó en la posición de empresario transformador.
En esta misma perspectiva sobre la corriente de los
socialistas utópicos, merece en estima el legado de
Saint Simón, de noble familia, ostentó el título de
Conde, tuvo el privilegio de tomar de la fuente inte-
lectual de uno de sus profesores célebres del pensa-
miento enciclopedista D`Alembert, fue contemporá-
neo de los sucesos revolucionario de Francia. Engels
lo llamó, el hijo de la gran revolución francesa.
Saint Simón, pensó que estaba predestinado para ha-
cer grandes transformaciones en la reconstrucción
de la sociedad humana, incursionó en la ciencia con
el propósito de descubrir las leyes del desarrollo so-
cial. Pensó en reformar la ciencia, con la idea que ésta
podía reformar el régimen social y los males de la so-
ciedad capitalista. En su interés por la consecución
de reformar la ciencia y con los acontecimientos de
la revolución francesa observó que la confrontación
entre la aristocracia y la burguesa, no es más que la
lucha de clase, concepto que descubre de manera im-
precisa.
Es evidente que el concepto de empresario enuncia-
do por Saint Simón lo maniesta en la célebre pará-
bola:
“Supongamos que Francia perdiera un buen día tres
mil hombres, y entre ellos cincuenta físicos, cincuen-
ta químicos, cien organizadores de la producción,
etc. Tal pérdida sería para Francia catastróca, con-
vertiría al país en un cadáver, paralizaría su desarro-
llo ulterior; admitamos ahora que Francia perdiera
tres mil hombres y entres ellos todos los duques y
los aristócratas más célebres; esto provocaría única-
mente lagrimas a algunos franceses, que son buenas
personas, pero la perdida seria únicamente moral,
sin consecuencias graves para el progreso económi-
co del país (Karatiev & Rindynes, 1962).
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El gran mérito de Saint Simón con-
siste en reconocer la importancia
del desarrollo industrial como la
locomotora que jalona el progreso
de la sociedad y la importancia que
tienen los empresarios para el de-
sarrollo empresarial presente y fu-
turo. Bajo esta óptica consideró a
los industriales integrados por los
mismos industriales, comerciantes
y capitalistas, en su opinión, con-
sideraba que la nueva sociedad
debería ser dirigida por los indus-
triales talentosos y grandes capi-
talistas. Además, de ser partidario
de una asociación donde el propie-
tario de la producción no fuera el
empresario, sino la colectividad o
sea que el empresario debería tra-
bajar bajo las directrices de la aso-
ciación.
Por último, el socialismo utópico –
escribía Lenin “criticaba la socie-
dad capitalista, la censuraba y mal-
decía, soñaba con su destrucción y
fantaseaba en torno a un régimen
mejor, tratando de convencer a
los ricos de la inmoralidad de la ex-
plotación.” (Lenin, 1905).
El Marxismo en el Desarrollo
Empresarial
Carlos Marx, descendiente de una
familia judía de clase media, con-
siderado por los opositores de su
teoría, como el ideólogo del prole-
tariado, el economista revolucio-
nario que utilizó la economía po-
lítica como un instrumento de la
lucha política en contra del capital.
El aporte de Marx al desarrollo
empresarial se puede constatar
en el programa de la Liga de los
Comunistas; que fue publicado en
febrero de 1848 en Londres con el
nombre de “Maniesto del Parti-
do Comunista”. En este documen-
to Marx no diferencia, el empre-
sario del capitalista, no obstante,
señala a la burguesía como la clase
social propietaria de los medios de
producción y pregona que ha des-
empeñado en la historia un papel
alternativo revolucionario:
“La burguesía no puede existir
sino a condición de revolucionar
incesantemente los instrumentos
de producción y, por consiguien-
te, las relaciones de producción,
y con ello todas las relaciones so-
ciales. La conservación del antiguo
modo de producción era, por el
contrario, la primera condición de
existencia de todas las clases in-
dustriales precedentes. Una revo-
lución continua en la producción,
una incesante conmoción de to-
das las condiciones sociales, una
inquietud un movimiento constan-
te distingue la época burguesa de
todas las anteriores.
Todas las relaciones estancadas
y enmohecidas, en su cortejo de
creencias y de ideas veneradas du-
rante siglos, quedan rotas; las nue-
vas se hacen añejas antes de llegar
a osicarse, Todo lo estamental y
estancado se fuma; todo lo sagra-
do es profanado, y los hombres, al
n, se ven forzados a considerar
serenamente sus condiciones de
existencia y sus relaciones recipro-
cas.” (Marx & Engel, 1848)
Marx, sostuvo que con la llegada
de la burguesía a los lugares más
remotos del planeta, las antiguas
industrias nacionales han sido
destruidas y están destruyéndose
continuamente por el incesante
desarrollo de los instrumentos de
producción y el surgimiento de
nuevas técnicas de producir las
mercancías que universalizan el
intercambio entre naciones, y al
constante progreso de los medios
de comunicación y la baja de los
precios de las mercancías consti-
tuyen el arma de la burguesía para
demoler cualquier muralla de Jeri-
có. En ese sentido plantea que:
“la burguesía, a lo largo de su do-
minio de clases, que cuenta con
siglos de existencia, ha creado
fuerzas productivas más abun-
dante y más grandiosa que todas
las generaciones pasadas juntas.
El sometimiento de las fuerzas de
la naturaleza, el empleo de la má-
quina, la aplicación de la química
a la industria y a la agricultura, la
navegación de vapor, el ferroca-
rril, el telégrafo eléctrico, la asimi-
lación para el cultivo de continen-
tes enteros, la apertura de ríos a
la navegación, poblaciones ente-
ras surgiendo por encanto, como
si saliera de la tierra. ¿Cuál de los
siglos pasados pudo sospechar
siquiera que semejantes fuerzas
productivas dormitasen en el seno
del trabajo social?” (Marx & Engel,
1848).
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Asimismo, Marx - decía - en el Maniesto que, con la
llegada al poder de la burguesía había triturado los
vestigios de las fuerzas productivas del feudalismo,
y ha acelerado en años luz el progreso de todas las
diversas ramas de la industria:
“Ante nuestros ojos se está produciendo un movi-
miento análogo. Las relaciones burguesas de pro-
ducción y de cambio, las relaciones burguesas de pro-
piedad, toda esta sociedad burguesa moderna, que
ha hecho surgir como por encanto tan potente me-
dios de producción y de cambio, se asemeja al mago
que ya no es capaz de dominar las potencias infer-
nales que ha desencadenado con su conjuro. Desde
hace algunas décadas, la historia de la industria y del
comercio no es más que la historia de la rebelión de
las fuerzas productivas modernas contra las actuales
relaciones de producción, contra las relaciones de
propiedad que condicionan la existencia de la bur-
guesía y su dominación.” (Marx & Engel, 1848)].
De esta manera la teoría de Marx permite caracte-
rizar al capitalista y empresario, el innovador, como
un actor social concreto. Éste se encuentra motivado
por el afán de ganancia en una lógica de acción más
maximizadora que satisfaciente. Esta lógica de
acción racional se expresa claramente en el análisis
del pasaje de la producción artesanal a la producción
industrial (Marx, 1987a). Para Marx, el objetivo que
mueve al actor capitalista es la generación de ganan-
cia, que depende de la generación de plusvalor. Por
ello la tecnología como expresión concreta de la ca-
pacidad de conocimiento aparece con el desarrollo
de las fuerzas productivas.
En este sentido, el cambio técnico está dado por la
pretensión del capitalista de ampliar el capital varia-
ble respecto a la composición orgánica del capital
(Marx, 1987b). No se trata entonces de una evolu-
ción predeterminada y exógena a la lógica económi-
ca, sino intrínseca a la praxis especíca de uno de los
actores fundamentales: el capitalista o empresario y
el emprendedor o innovador. Además, reconoce la
fuerza laboral como un actor no como un factor, in-
troduce así mayor complejidad en el tipo de acción
del capitalista, ya que en sus decisiones de innova-
ción debe considerar la acción de otros actores (Els-
ter, 1990: 152-153).
El concepto de empresario expuesto por Marx lo
sustenta en la capacidad creadora de la burguesía
moderna, con una mentalidad innovadora que busca
aumentar la ganancia a través del movimiento per-
manente de las fuerzas productivas, como el desarro-
llo de nuevas formas, procedimientos y técnicas que
en la lógica del cambio se constituyen incontrolables.
EL EMPRESARIO Y EMPRENDEDOR ENFOQUE
PRE - NEOCLÁSICO
Según el enfoque neoclásico, el empresario es aquel
que cumple con la función de coordinar, organizar y
supervisar un negocio. Es la persona que adquiere di-
versos factores productivos (trabajo, capital y tierra)
y los combinan de una determinada manera en el pro-
ceso económico (función empresarial), para vender
un producto que genere los ingresos sucientes con
el n de remunerar a los distintos factores y obtener
un benecio.
Durante al siglo XIX, Austria, Suecia y Alemania pro-
porcionaron muchos teóricos de la economía, inu-
yentes y ampliamente conocidos. Sobre la base de las
primeras ideas de los siócratas, estos pensadores
realizaron signicativos progresos en la teoría del en-
trepreneur. Algunas de las contribuciones alemanas
fueron las de J. H. Von Thunen (1783-1850), H. K. Von
Mangoldt (1824-68), Gottleib Hufeland (1760-1817), y
Adolf Riedel (1809-1872).
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Leon Walras y el Papel del
Empresario
Según Coriat y Weinstein (2002,
2005), la visión de empresa en el
marco del enfoque neoclásico or-
todoxo basado en Walras —enfo-
que marginalista— se sustenta en
tres
aspectos: a) el objetivo del análisis
es la búsqueda de condiciones de
equilibrio en situaciones de com-
petencia e información perfecta,
ausencia de incertidumbre y un de-
terminado estado de las técnicas;
b) las rmas funcionan bajo un es-
quema de racionalidad perfecta,
lo que les permite tomar siempre
decisiones acertadas y buscar el
objetivo de maximizar benecios;
c) se privilegia el análisis del inter-
cambio más que el de los procesos
de producción.
En este contexto, la empresa tie-
ne como principal función aplicar
los factores de la producción a los
insumos con el objeto de producir
bienes y servicios. Por ello, desde
el punto de vista neoclásico tradi-
cional, los únicos datos del «am-
biente» que debe conocer son pre-
cios de productos y factores. Lo
que supone que la empresa realiza
esta tarea ecientemente en tan-
to conoce, y puede aplicar de ma-
nera adecuada, todas las técnicas
disponibles. También se asume
que hay una cooperación uida y
ausencia de conictos entre todos
aquellos que están involucrados
en el funcionamiento de la empre-
sa.
Derivado del enfoque neoclási-
co convencional de empresa, la
actividad de los empresarios re-
sulta irrelevante porque su parti-
cipación se reduce a efectuar los
cálculos que permiten maximizar
benecios a su empresa ante los
cambios en los datos generados
por el mercado.
El enfoque neoclásico tradicional
supone que la actividad de los em-
presarios está determinada por
las condiciones que enfrentan. En
otras palabras, solamente reeja
condiciones objetivas de los secto-
res y mercados en los que operan.
En consecuencia, ante un mismo
cuadro exógeno, todas las rmas
tenderán a comportarse de modo
similar; de igual manera, si las con-
diciones de mercado cambian tam-
bién lo hará, homogéneamente, el
comportamiento de las empresas.
Los Aportes Johann Heinrich
Von Thünen
Thünen, Terrateniente Alemán,
más conocido como el padre de la
economía espacial, por sus apor-
tes al estudio de la localización de
las actividades agrarias, consolida-
dos en su obra Der isolierte Staat
in Beziehung auf Landwirtschaft
and Nationalokonomie (El estado
Aislado), publicada en 1826. Se
considera que rompió con el pen-
samiento económico de su tiem-
po, especialmente la escuela clá-
sica inglesa. Al mismo tiempo, su
obra retoma algunos de los princi-
pios de los autores del siglo XVIII
y, contrariamente a la mayoría de
los economistas de su época, sus
análisis se basaban en observacio-
nes empíricas, distintamente de
los análisis abstractos realizados
por aquellos.
Es pertinente anotar que, para
Von Thünen, es clara la relación
entre el emprendedor y el bene-
cio, concebido este último sobre
la base del riesgo y su ingenio. Por
ello, “el emprendedor podía tener
la doble característica de tomador
de riesgo e individuo sumamente
inteligente” (Rodríguez y Jiménez,
2005, p. 75). Es así como, Thünen
integra la idea de Bentham del em-
presario - innovador, y la de Canti-
llón sobre el empresario que asu-
me riesgos, de tal manera que al
preguntarse si los emprendedores
eran tomadores de riesgos o inno-
vadores o si eran las dos cosas a la
vez, termina respondiendo que se
unen en una sola persona los dos
atributos (Formaini, 2001, p. 5).
En este orden de ideas, Thünen
“fue uno de los primeros econo-
mistas en armar que inicialmen-
te la actividad empresarial con-
siste en asumir riesgos” (Freiling,
2005). Por esto dene la ganancia
del empresario por los siguientes
elementos: benecio menos inte-
rés del capital invertido, seguro
contra pérdida y salarios de la di-
rección, y aclara que:
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Este residuo consta de dos partes: primera, el pago
por ciertos riesgos, especialmente las variaciones en
los valores y las probabilidades de quiebra de toda
la Empresa, que no puede ser asegurada contra este
riesgo, y segunda, la extraproductividad del trabajo
del elemento directivo, debido al hecho de que está
trabajando para sí. (Knight, 1947).
El riesgo asumido por el empresario y su capacidad
productiva para realizar innovaciones deben tener
cierta contraprestación, por consiguiente, Thünen
arma que el empresario debe tener un ingreso que
compense el riesgo asumido por las diarias contin-
gencias que presenta el acontecer económico. Las
noches sin sueño del empresario no son improduc-
tivas, pues sostiene que la necesidad es la madre de
la invención (Terapuez & Botero, 2007). Precisamen-
te por su preocupación se convierte en explorador,
descubridor o inventor de su campo de actividad.
Además, señala que en la noche, a diferencia de los
empleados, el empresario no puede descansar tran-
quilamente hasta el día siguiente, porque él sigue
pensando en cómo ampliar el mercado, disminuir
sus costos y reemplazar los bienes que corren el ries-
go de convertirse en obsoletos (Terapuez & Botero,
2007).
Hans von Mangoldt y el Riesgo de Ser
Empresario
Economista alemán (1824-1868), autor expone una
teoría sobre la renta generada por la capacidad em-
prendedora del empresario, la cual muestra en su
obra La ciencia de la ganancia del empresario. Tan-
to a Mangoldt como a Thünen se les considera en el
ámbito austriaco-alemán, los primeros aportantes a
la teoría del empresario quienes además son consi-
derados los más prominentes teóricos del emprendi-
miento (Terapuez & Botero, 2007).
El tema sobre el empresario gira en torno al came-
ralismo, y el análisis de su función empresarial tuvo
un lento desarrollo, aunque en forma constante, y
culminó en la obra de Mangoldt, donde explica com-
pleja y minuciosamente el benecio. En este sentido
“Analiza las bases y límites de los benecios y conclu-
ye que una distribución asimétrica del conocimiento
entre los actores económicos es la causa que explica
por qué y cómo se obtienen los benecios más eleva-
dos” (Freiling, 2005), aunque de igual manera consi-
dera que el benecio del emprendedor será el pago
por su habilidad y que dicho benecio, a la vez, se
compone de un grupo complejo de elementos únicos
que divide en tres partes:
Primera, una prima sobre aquellos riesgos de tal na-
turaleza que no puedan ser eliminados mediante el
seguro; segunda, el interés y los salarios del empre-
sario, incluyendo únicamente los pagos por formas
especiales de capital o esfuerzo productivo, que no
admiten ser explotados por nadie que no sea su pro-
pietario; tercera, la renta del empresario. Esta última
se subdivide en: a) renta del capital; b) renta del sala-
rio; c) renta de la gran Empresa, y d) renta del empre-
sario en un sentido estricto. (Knight, 1947).
Luego de darse cuenta de la importancia del tiempo
en los riesgos asumidos por el emprendedor, Man-
goldt, incluye el tiempo como variable en la ecuación
de la toma de riesgos que asume el emprendedor. Es
así como, a “lo largo del proceso productivo, la ma-
yor incertidumbre y, por lo tanto, el riesgo, afectarían
la función del emprendedor [...] Mangoldt se anticipó
a la distinción entre riesgo e incertidumbre que pos-
teriormente desarrollaría Frank Knight” (Formaini,
2001).
A mediados del siglo XIX, Mangoldt ofreció una teo-
ría de la ganancia del emprendedor, entendida como
la renta de la capacidad emprendedora o el talento
especial, no rutinario y escaso, que utiliza en la ade-
cuada combinación de factores. Estas primas a la es-
casez, que denominó Mangoldt, son posiblemente
una expresión defectuosa, dado que, en últimas, los
ingresos de los factores de producción no dependen
solamente de su escasez y limitación. (Terapuez &
Botero, 2007).
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Para él, “el emprendimiento y la
innovación son aprobados como
un factor importante de la empre-
sa” (Rodríguez & Jiménez, 2005),
por lo cual asocia al emprendedor
con una persona que innova cons-
tantemente.
CONTRIBUCIONES DE LOS
NEOCLÁSICOS
La escuela clásica nalizó con la
llamada revolución marginal en la
década de 1870 y, desde entonces,
sus doctrinas centrales pasaron ser
reconocidas como la renovación
del pensamiento clásico o neocla-
sicismo (Blaug 1986). Durante este
período, aproximadamente de
1880 a 1910, las producciones teó-
ricas británicas y austriacas domi-
naron el pensamiento económico,
con economistas representativos
como Alfred Marshall (1842-1924),
A. C. Pigou (1877-1959), Carl Men-
ger (1840-1921), y Friedrich Von
Wieser (1851-1926). Estos econo-
mistas trataron el tema del em-
presario y emprendedor pero, no
agregaron valor a la teoría de la
actividad del entrepreneur, aun-
que utilizaron trabajos de la escue-
la siocrática y la clásica, aunque
trataron extensamente los temas
relacionados con el benecio de la
empresa (Wieser, 1967).
Alfred Marshall y la Empresa
como factor de producción
Para A. Marshall, la empresa signi-
ca uno de los agentes esenciales
del desarrollo económico, y junto
con John Bates Clark (1847-1938)
se esforzaron por incluir al em-
presario dentro de sus modelos
de crecimiento económico. Así lo
demostró en su obra Principios de
Economía, en donde explica los
factores de producción, de cuya
cooperación nace la oferta de pro-
ductos o ingreso nacional, y son
tierra, trabajo, capital y empresa.
De esta manera indica la existen-
cia de la “organización” como un
cuarto factor de producción, para
hacer de la utilidad un ingreso del
factor y “había considerado que el
nivel de este dependía de la esca-
sez más o menos acusada de la ap-
titud de los hombres para organi-
zar” (James, 2002, p. 355). A estos
hombres los denominaría Business
management y su éxito se lo asig-
naría al hecho de poseer un sólido
y robusto carácter para los nego-
cios (Rodríguez A. , 1999). En este
sentido, Marshall “hizo eco del
sentimiento de J. B. Say en
lo referente al trabajador superior,
enfatizando en las capacidades de
mando requeridas” (Rodríguez &
Jiménez, 2005).
De igual manera, declaró que
existe un cierto dividendo anual,
formado por los productos mate-
riales e inmateriales fabricados en
un país en el curso de un año. Ese
ingreso nacional nacía como resul-
tado de la cooperación de los cua-
tro factores de producción, tierra,
trabajo, capital y empresa. El pro-
blema de la distribución consiste
en denir qué fuerzas determinan
la distribución del dividendo na-
cional entre los cuatro factores de
producción ( (Ferguson, 1979).
En términos de la ganancia, poco
aporta; pues el empresario es el
capitalista y las ganancias consti-
tuyen un ingreso sobre el capital.
Es cierto que, en relación con esto,
distinguió apenas la empresa como
un cuarto factor en la producción,
y así trazó una línea tenue entre
tierra, trabajo, capital y empresa.
La poca importancia prestada a la
teoría de las ganancias a razón del
riesgo y enfatizó en declarar que
las ganancias son sólo un ejemplo
de equilibrio entre la demanda y la
oferta. En este caso, la demanda
es la demanda de capacidad para
los negocios, y la oferta, el total de
esa capacidad. Manifestó que las
ganancias a corto plazo son cuasi
renta. A largo plazo un aliciente
para la iniciativa (Ferguson, 1979).
Por otro lado, manifestó que los
emprendedores son líderes por
naturaleza y están dispuestos a ac-
tuar bajo las condiciones de incer-
tidumbre que causa la ausencia de
información completa. Al igual que
Mill, aseguró que los entrepreneu-
rs poseen numerosas habilidades
especiales y que son pocas las per-
sonas capaces de denirse de esa
manera. Sin embargo, “reconoció
que una persona puede aprender
y adquirir dichas habilidades” (Ro-
dríguez & Jiménez, 2005).
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También fue uno de los introdujo consideraciones
morales en el desempeño de la función de empresa-
rio, aunque señala, que no había nada de malo en el
deseo de acumular riqueza como símbolo de éxito en
los negocios. Exaltó que la caballerosidad en los ne-
gocios debía incluir el espíritu del bien público, por
lo cual correspondía a los economistas examinar si
el empresario había acumulado su riqueza mediante
mecanismos legales o fraudulentos. De allí en adelan-
te, algunos autores han tendido a introducir conside-
raciones éticas en la reexión teórica sobre la gura
del empresario.
Emprendedor como innovador Joseph
Schumpeter
J.A. Schumpeter (1883-1950), de origen Austriaco,
muy reconocido en la teoría económica por su obra
Teoría del desenvolvimiento económico (1912), don-
de expone, con una visión moderna el papel que cum-
ple el empresario como agente dinamizador y clave
principal del crecimiento y desarrollo económico.
Schumpeter, en su visión sobre la dinámica del siste-
ma capitalista incorpora sus teorías sobre el empre-
sario, la innovación, el interés y el ciclo económico;
consolidándolas en su obra cumbre. Esta teoría sobre
del desarrollo económico da una explicación de los
factores endógenos que producen el desarrollo del
sistema económico, sin ignorar que los cambios
también pueden ser exógenos. Pero su interés se
centra en aquellos factores que provienen del inte-
rior del mismo, coincidente con Marx, en el estudio
del cambio socioeconómico desde un modelo de
desarrollo endógeno. Es así, que la interpretación
Schumpeteriana del desarrollo o desenvolvimiento
(alemán: entwicklung), debe entenderse con una do-
ble signicación: crecimiento y dinámica.
En consecuencia, el capitalismo dinámico, parte del
modelo estático planteado por Walras, sin ciclos eco-
nómicos. En éste estado estacionario, según Schum-
peter, sólo existen dos factores: la tierra y el trabajo
que reciben remuneración; puesto que el capital no
existe, por lo tanto, no hay ni intereses, ni benecios,
manejándose un nivel de certidumbre absoluto y la
obtención de la información completa al estilo del
mercado de competencia perfecta que, aunque no
muestre crecimiento, si presenta movimiento.
Por consiguiente, supone la existencia de cinco fac-
tores que impulsan y alteran el cambio, del estado
estacionario, estos, no son otra cosa que las innova-
cionesi: a) La introducción de un nuevo bien, b) La
introducción de un nuevo método de producción, c)
La apertura de un nuevo mercado, d) La conquista
de una nueva fuente de aprovisionamiento de ma-
terias primas o de bienes semi-manufacturados y e)
La creación de una nueva organización de cualquier
industria
Estas innovaciones aparecen en el estado estaciona-
rio, y uno de sus impactos conduce a la generación de
nuevas empresas; las cuales son asimiladas gradual-
mente por otras nuevas empresas o por empresas ya
establecidas. En la medida en que se difundan y se
asimilen las innovaciones por el aparato empresarial,
se alcanzaría un nuevo estado estacionario; hasta
tanto no se presenten nuevos procesos de innova-
ción. Es aquí donde entra a jugar un papel importante
el empresario, como el agente, encargado de realizar
las innovaciones, concebirlas y hacerlas realidad en
las empresas. Asimismo, el empresario, necesita de
crédito de los bancos para introducir las innovacio-
nes en las empresas; dado que, sin crédito no habría
desarrollo. Por esto, el papel del sistema bancario es
fundamental, puesto que juzga la solidez de los pro-
yectos de innovación y nancia las aventuras empre-
sariales, y es quien asume los riesgos de los eventua-
les fracasos, y así, esa estrecha relación representa
cuerpo y alma del sistema capitalista. En este orden
de ideas, una vez que el sistema supera la condición
de estado estacionario por la aparición de las innova-
ciones, surge el benecio empresarial y el monto del
interés que se debe pagar.
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El benecio aparece en el momen-
to en que el empresario pague el
crédito al banco, que es el rema-
nente, después de pagar el princi-
pal y los intereses, obviamente el
banco recibe la suma de los intere-
ses pactada con el empresario.
De esta forma, se produce el de-
sarrollo económico en el capitalis-
mo competitivo, sin embargo, los
cambios ocasionados por las inno-
vaciones, desde la visión schumpe-
teriana, se mueve con tropiezos y
nunca en forma continua, produ-
ciéndose rupturas en el sistema
que afectan su dinámica. Esto lle-
va al estudio del ciclo económico;
donde el desarrollo económico
se da en forma de uctuaciones
y sucesivas aproximaciones que
representan un movimiento ondu-
latorio. Así se presenta, porque las
innovaciones aparecen en forma
discontinua, en racimos. Los cam-
bios en los ciclos generan algu-
nos efectos secundarios sobre la
demanda de empresas, derivadas
de los cambios ocasionados por la
aparición de las innovaciones. En-
tre estos efectos secundarios se
pueden mencionar seisii. El prime-
ro tiene que ver con la expansión
de nuevas industrias o de indus-
trias ya establecidas como fruto
de la aparición de nuevas innova-
ciones. El segundo, ocasionada
por la aparición de nuevos, mejo-
res instrumentos y equipos de pro-
ducción. El tercero, derivado del
aumento del ahorro de las empre-
sas que han alcanzado benecios,
fruto de la aplicación exitosa de
las innovaciones. El cuarto, como
resultado de la mejora de sectores
letárgicos, como fruto del mejora-
miento industrial general. El quin-
to, por el logro de las economías
de escala alcanzadas por empre-
sas pioneras, que luego se van
transmitiendo a otras empresas
de la misma industria. Finalmente,
por los benecios alcanzados por
las empresas que no han adelanta-
do ninguna actividad innovadora.
Es así como se explica el funciona-
miento y la dinámica del sistema
capitalista, donde salta a la vista
el papel jugado por el empresario
que adelanta innovaciones, nan-
ciado por el sector bancario.
Schumpeter, señaló que la innova-
ción, tanto el motor del capitalis-
mo como del progreso económico
en general. Los empresarios, a su
vez, son los agentes de la innova-
ción. En este sentido el empresa-
rio, de Schumpeter, actúa en clave
dinámica y desequilibradora. Su
«proceso de destrucción creado-
ra» supone la ruptura de un equi-
librio establecido para imponer
uno nuevo. En la nueva situación
el empresario tendrá una posición
de privilegio (poder de mercado)
que resultará ser la recompensa
por su innovación (nuevos pro-
ductos, nuevos procesos, nuevos
mercados, nueva fuente de apro-
visionamiento, nueva organiza-
ción). Pero la trascendencia de la
función del empresario reside en
la acción desequilibradora que im-
pulsa el sistema económico hacia
un proceso de desenvolvimiento –
terminología de Schumpeter – en
el que cada nuevo equilibrio se de-
termina en un nivel de crecimiento
mayor.
En consecuencia, el empresario
innovador era el agente clave en
los procesos de desarrollo econó-
mico. Sin embargo, Schumpeter
descargó de la responsabilidad
única de la innovación al empresa-
rio innovador individual, haciendo
una clara distinción entre el em-
presario innovador y el capitalista,
el director o el propietario de la
empresa. También lo distingue del
inventor. El empresario trata de
lograr realizaciones. En denitiva,
ser empresario, no es para Schum-
peter una profesión. Sólo se es
empresario cuando se llevan a la
práctica innovaciones, es decir,
que gran parte de las innovaciones
no hay que inventarlas, se encuen-
tran presentes en la sociedad, Por
tanto, el carácter de empresario
es efímero y funcional. En cuanto
al factor social, los empresarios no
constituyen una clase social, como
los terratenientes, los capitalistas
y los obreros. Es decir, ser empre-
sario no signica de por una po-
sición de clase ni tampoco la pre-
supone (pp. 87).
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Desde el punto de vista de la función del empresa-
rio, Schumpeter, dice: “solamente se es empresario
cuando se llevan a la práctica nuevas combinaciones,
y se pierde el carácter en
cuanto se ha puesto en marcha el negocio” (pp. 88).
Así, al parecer, el creador también es devorado, en
tanto que creador, por su propia creación: se es em-
presario para dejar de serlo. Se trata, entonces, de
una función especial - la realización de nuevas combi-
naciones - que es “el privilegio de un tipo de hombres
que son mucho menos numerosos que aquellos que
disponen de la posibilidad objetiva de hacerlo”.
Según Schumpeter, durante la vida, un empresario
debe enfrentar y sortear tres de obstáculos En pri-
mer lugar, una vez que comienza a nadar contra la
corriente, la incertidumbre, demanda del empresario
un mayor grado de “racionalidad consciente”, que la
acostumbrada en la corriente circular, basada más en
las rutinas y en la experiencia previa. En segundo lu-
gar, obstáculos psíquicos, “No es sólo objetivamente
más difícil realizar algo nuevo que lo habitual y lo que
ha sido probado por la experiencia, sino que el indivi-
duo siente repugnancia por ello” (pp. 95). En tercer
lugar, obstáculos “del medio social contra aquel que
desee hacer algo nuevo” que van desde “impedi-
mentos legales o políticos” hasta la condena a “toda
conducta desviada” (pp. 96)
También armó, que lo más importante de un sistema
de mercado capitalista, es que recompensa el cam-
bio, al beneciar por medio de monopolios de corto
plazo a quienes crean productos y procesos nuevos.
Las ganancias que los empresarios consiguen de esta
manera les permiten: 1) nanciar actividades creati-
vas para responder a las oportunidades que perci-
ben; 2) superar tanto la naturaleza conservadora de
quienes deben cooperar en el lanzamiento de pro-
ductos nuevos como la oposición de aquellos cuyos
mercados pueden sufrir a causa de estos productos;
y 3) ampliar sus canales de distribución para que un
gran número de clientes conozcan rápidamente los
productos nuevos. Las ganancias a través de mono-
polios constituyen, para Adam Smith, una señal de in-
eciencia económica; para Schumpeter, la evidencia
de una actividad empresarial valiosa en una econo-
mía sana y dinámica (Nakamura, 2000) Por último, la
función empresarial innovadora es el factor más re-
levante de desarrollo económico y además, arrastra
con su acción a un proceso de imitación al resto de
los empresarios, en benecio de los consumidores
(O´Kean, 1989).
En general, Schumpeter distinguía en la práctica cua-
tro tipos de empresarios: el fabricante- comerciante,
el capitán de industria, el director y el fundador de
la empresa. Por ello, el empresario, para Schumpe-
ter, es el hombre innovador y de iniciativa, sea cual
sea el lugar que ocupe. A pesar de ello, consideraba
que nadie era empresario en forma permanente, sino
algo temporal, que cualquiera podía llegar a alcanzar
en un momento dado. Para Schumpeter, el empresa-
rio es quien realiza el acto empresarial. Destacando
que la situación de los grandes empresarios estaba
transformándose rápidamente: la función perdía
importancia cada vez más y los obstáculos con que
tropezaba en la realización de su misión disminuían
progresivamente de intensidad. La humanidad se ha-
bitúa cada vez más fácil a
las innovaciones, pues arma que “la misma inno-
vación se está reduciendo a la rutina” (Schumpeter,
1971)
Respecto al benecio que percibe el emprendedor,
no es un salario, sino un valor descontado de las ga-
nancias por el incremento en el valor de los activos
de la empresa. Para él, la cualidad de emprendedor
sólo tiene sentido cuando se llevan a cabo nuevas
combinaciones y se pierde el carácter en cuanto se
ha puesto en marcha el negocio.
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Los Riesgos y la Incertidum-
bre de Frank Knight
Frank Knight nació el 7 de noviem-
bre de 1885 en Illinois (EE.UU.) y
falleció en 1972. Es considerado
uno de los fundadores de la llama-
da Escuela de Chicago, y como tal,
uno de los más notorios exponen-
tes norteamericanos de la ortodo-
xia clásica de la época, uno de los
economistas más eclécticos y posi-
blemente el pensador más profun-
do y erudito en Estados Unidos.
En su trabajo de tesis doctoral en
losofía, publicado en 1921, con el
nombre de Riesgo, incertidumbre
y benecios. El objetivo principal
era analizar sus implicaciones a
propósito de la controversia sobre
la retribución empresaria, es por
ello que trata de dar respuesta a
las preguntas ¿Cuál era la distribu-
ción justa de los benecios de una
empresa? y ¿Los benecios de una
empresa corresponden entera-
mente a quien aporta el capital o al
distribuirlo también se debe tener
en cuenta la habilidad del empren-
dedor para conseguirlo? Dichas
interrogantes, surgieron desde
las propuestas de los economistas
clásicos, sobre si la renta, el bene-
cio y el salario corresponden a la
aportación de los factores tierra,
capital y trabajo, respectivamen-
te. Esta teoría fue replanteada por
los neoclásicos, donde le dan prio-
ridad al productor individual y no a
la clase capitalista, la cuestión era
si se igualaban la contribución a la
producción y la remuneración que
se obtiene de ella (Pradier & Serra-
no).
Para el periodo 1891-1904 Estados
Unidos era sometido a huelgas
cada vez más violentas, hecho que
suscitó gran parte de la incerti-
dumbre que se manejaba en la in-
dustria, y por otro lado los riesgos
que asumían los que aportaban el
capital y aportaban su propia des-
treza. Es por esto que se trataba
de dilucidar si el benecio de una
empresa corresponde enteramen-
te a quien aporta el capital o si se
tiene que tomar en consideración,
al distribuirlo, la aportación del
empresario a su consecución.
Es en este momento cuando se
identica un agente que no sola-
mente puede ser capitalista, sino,
que, además posee un talento es-
pecial para los negocios y no había
sido sucientemente considerado
como un factor de la producción
por la teoría económica preceden-
te. Ese “nuevo” factor de produc-
ción era justamente el empren-
dedor o empresario (Terapuez &
Botero, 2007). Así, Knight, da por
hecha la existencia del emprende-
dor como una persona con gran
inuencia en la economía pero
que lastimosamente hasta ese
momento no se había tenido en
cuenta en sus justas proporciones
(Terapuez & Botero, 2007).
Antes de entrar a denir el empre-
sario y emprendedor desde la óp-
tica de Knight es necesario aclarar
las interpretaciones del riesgo y
de la incertidumbre, puesto que
desde estas dos categorías se ca-
racteriza y se le asignan funciones
a cada uno.
Para Knight, el “riesgo” es la alea-
toriedad con probabilidades cono-
cidas que a la vez se pueden ase-
gurar (Terapuez & Botero, 2007),
en tanto que la “incertidumbre”
la dene como la aleatoriedad con
probabilidades desconocidas que
no se pueden asegurar. En este
sentido interrelaciona los bene-
cios y la empresa con la existencia
de incertidumbre, asumiendo que
existe incertidumbre mensurable,
o riesgo propio e incertidumbre
inmedible o incertidumbre. Por
esta razón el riesgo es asegura-
ble, mientras que la incertidumbre
no, considerando, que ésta última
hace más altas las utilidades; como
consecuencia de los constantes
cambios en los ambientes en que
tiene lugar la actividad económica.
Por ello, maniesta que sin cam-
bios no habría utilidades, sin em-
bargo, sostiene que no es el cam-
bio como tal, “sino la divergencia
de las condiciones reales respecto
de las que se esperaban y tomaron
como base para organizar los ne-
gocios, lo que produce las utilida-
des” (Roll, 1996) (Terapuez & Bo-
tero, 2007).
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Con relación a la incertidumbre, es asumida por un
emprendedor cuando decide iniciar “una operación
claramente arriesgada, lo hace porque cree que,
como saldo nal, ofrece una oportunidad atractiva”
(Kizner, 2006), aunque considera que “el empresa-
rio, más que reducir la incertidumbre, asegura y ga-
rantiza una renta al dudoso o tímido y cuya actividad
es prestar servicios productivos por una remunera-
ción ja, esto es, el empresario es quien asegura a los
propietarios de servicios productivos contra la incer-
tidumbre y uctuación de sus rentas” (Brunet & Alar-
cón, 2004)
Por otro lado, la gura del empresario que se enfren-
ta a la incertidumbre, expresa Knight, constituye un
agente muy dinámico que impulsa el desarrollo y pro-
mueve la innovación; por lo tanto, tiene un difícil en-
caje dentro del análisis de equilibrio estático (Gonza-
lez, 2004), dado que el medio en que el emprendedor
realiza su labor es dinámico, en el cual, si se modica
una variable, también se modican otras en mayor o
menor medida.
Cuando Knight habla del juicio que el emprendedor
tiene para los negocios y menciona que: El espíritu
empresarial representa ese juicio que no puede ser
evaluado en términos de su producto marginal, en
consecuencia, no se le puede asignar un salario.
Lo anterior se debe, porque el espíritu empresarial es
un juicio para analizar los eventos más inciertos, tales
como comenzar una nueva empresa, denir un nue-
vo mercado y quién lo va a llevar a cabo (Foss y Klein,
2004, p. 9; al respecto véase también Wood, 2005).
Igualmente, Knight, menciona que:
… en nuestras decisiones hay una incertidumbre
irreducible a cálculo, se da siempre la posibilidad de
equivocarse (liability to err) que es lo que explica, jus-
tamente, la aparición de benecios y su atribución al
empresario [...] La gestión de la incertidumbre en la
empresa es, por
tanto, la función que distingue al empresario del
mero gestor (manager). (Prad (Pradier & Serrano)
En su obra, Knight, ve al empresario como la perso-
na que toma a su cargo los riesgos no asegurables
de la producción y, así, tiene un papel esencialmente
dinámico. Desarrolla, así mismo, una teoría dinámica
del benecio empresarial. Estableció que los empren-
dedores siguen un proceso metódico para crear la
empresa. Por eso lo consideró, el receptor del bene-
cio puro, como ingreso residual, después de haber
descontado todos los pagos contractuales. Dicho in-
greso residual es su recompensa por asumir la incerti-
dumbre. El empresario, según él, es el capitalista que
busca su benecio en un mercado dinámico, y que no
teme asumir riesgos. En el mismo sentido, Knight:
… proveyó dos grandes contribuciones al pensamien-
to emprendedor: la primera asociada enfáticamente
a la distinción entre los riesgos asegurables y la incer-
tidumbre no asegurable; la segunda, al adelantar una
teoría de las ganancias que relaciona la incertidum-
bre no asegurable con el veloz cambio económico,
por un lado, y con las diferencias de la habilidad em-
presarial, por el otro. (Rodríguez & Jiménez, 2005)
En síntesis, Knight distingue entre riesgo e incerti-
dumbre. Por una parte, riesgo es lo objetivo y sus-
ceptible de ser medido, por lo cual puede ser incluido
en los costos de la empresa, pero también se puede
prevenir y disminuir mediante la constitución de se-
guros. Por otra parte, la incertidumbre es de carácter
subjetivo y, es precisamente, la que permite explicar
y justicar la función del empresario.
En últimas, para Knight, los riesgos que asume el
emprendedor no signican nada si la incertidumbre
puede ser asegurada. Ello hace que prácticamente el
emprendedor que no asume riesgos sea en realidad
un administrador. Es en ésta condición que entra a
caracterizar al emprendedor y le asigna siguientes
atributos:
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Cuadro 1 Características y Atribu-
tos del Emprendedor de Frank Kni-
ght.
Fuente: Citado en TARAPUEZ CHA-
MORRO, EDWIN, ZAPATA ERA-
ZO, JAIRO ANDRÉS and AGREDA
MONTENEGRO, ESPERANZA.
Knight and his contributions to
the entrepreneur theory. estud.
gerenc., Jan./Mar. 2008, vol.24,
no.106, p.83-98. ISSN 0123-5923.
Adaptado por Autores.
Adicionalmente establece que los
emprendedores siguen cuatro
pasos para crear la empresa, así
(Wood, 2005, p.32): Estimación de
la demanda futura que se quiere
satisfacer, Estimación de los resul-
tados futuros de las acciones que
intentan satisfacer esa demanda,
Evaluación de la exactitud de las
estimaciones y la probabilidad de
alcanzarlas, y la Selección del plan
que se considera tiene mayor pro-
babilidad de éxito.
Por último, Knight, no hace una
clara distinción entre emprende-
dor y empresario, sólo desde el
punto, en el cual cada uno asume
el riesgo o la incertidumbre, aun-
que expone que el empresario o
capitalista, dueño de la empresa
es quien asume el riesgo y tiene
un rol diferente al de director de la
empresa.
Persona inteligente que asume riesgos e
incertidumbre y asegura al dudoso o tímido
Energía indomable, gran optimismo,
autoconanza y mucha fe
Creatividad e imaginación
Tenacidad y persistencia
Los emprendedores no se hacen sino que
nacen. Sostiene que la habilidad para los
negocios es en algún grado heredada
Efectividad para el logro de benecios
Agentes de cambio e innovación
El dinero es su mayor motivación
Conocimiento de sí mismo y del sector
El éxito del emprendedor depende de tres
elementos: capacidad, esfuerzo y suerte
󳓮󳿳󳓯󳏦󳏰o
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Con el vertiginoso desarrollo del capitalismo en los
Estados Unidos durante el siglo XX, el célebre econo-
mista, John Galbraith, del partido Demócrata, mani-
esta que hay una mutación en las grandes corpo-
raciones empresariales del mundo. Según Galbraith,
el propietario de la empresa no tiene el poder de de-
cisión como en el periodo precapitalista; las decisio-
nes están determinadas por un grupo de técnicos y
expertos profesionales del área de la administración
y la economía, los cuáles constituyen el axis de las
corporaciones modernas. A este grupo de técnicos
y profesionales expertos en los disímiles temas em-
presariales para la toma de decisiones, Galbraith, lo
llamó tecnoestructura.
Para J. Galbraith, la tecnoestructura, con su compor-
tamiento y toma de decisiones en la empresa, modi-
ca radicalmente las reglas del sistema capitalista.
Además, reduce, las relaciones de la gran empresa
con el Estado, y los más importante, determina las
necesidades del consumidor a través de la publici-
dad en los medios de comunicación, con lo cual, el
poder del consumidor se pierde. Al mismo tiempo,
la tecnoestructura, no tiene como nalidad esencial
la obtención del máximo benecio, su interés es ha-
cer crecer la rma y posesionarla en el mercado, al
igual que fortalecer la investigación cientíca en los
diferentes campos, siendo sus frutos usufructuados
por el sector privado, aquí la tecnoestructura trata de
confundir los propósitos con los del Estado.
Galbraith, reitera su tesis de la tecnoestructura en
que hay una abismal diferencia entre la:
“empresa muy grande y la empresa de los manuales
de economía es una diferencia de estructura. Es aquí
donde interviene la tecnoestructura. En la gran em-
presa las decisiones más importantes son tomadas
no por una persona aislada, sino por
muchas personas. Nadie tiene por si solo todos los
elementos necesarios para decidir el lanzamiento de
un producto, la apertura de una fábrica suplementa-
ria o la implementación en nuevos mercados. Se hace
necesario acudir a los conocimientos, a la experiencia
y al juicio de los gerentes, de los directores comercia-
les, de los ingenieros, de los cientícos, de los abo-
gados, de los contables, de los jefes de personal y de
todos los de más depositarios de un saber especiali-
zado. Cada cual contribuye aportando la parcela de
su experiencia de especialista.” (Glabraith, 2000).
De igual modo asegura Galbraith que con el “desarro-
llo de la empresa la tecnoestructura se hace al poder.
La razón es evidente: sólo aquellos que poseen los
conocimientos necesarios para participar en el pro-
ceso de decisión ejercen inuencia.” (Galbraith &
Salinger, 2001).
El institucionalismo de John Kenneth
Galbraith en el desarrollo empresarial
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Mises, “concebía la economía
como un proceso de mercado
donde el empresario o la conduc-
ta empresarial de los agente eco-
nómicos, desempeñan el principal
papel” (Mises, 2003). Del mismo
modo, arma que, en una econo-
mía dinámica, los empresarios no
aciertan en sus previsiones, lo que
lleva a que algunos de ellos obte-
ner pérdidas y otros benecios.
En su defensa descomunal de la
economía de mercado, Mises sos-
tiene que, el “capitalismo estimu-
la la innovación; cualquier per-
feccionamiento de los sistemas
de producción lleva aparejado el
lucro consiguiente; quienes se afe-
rran perezosamente a métodos
periclitados sufren pérdidas pa-
trimoniales; aquellos que estiman
hacer algo mejor que los demás
no tropiezan con cortapisa alguna
para poner de maniesto tal habili-
dad ” (Mises, 2003). En ese mismo
sentido, plantea que los procesos
de innovación e invento en la pro-
ducción empresarial están sopor-
tados por el proceso de acumula-
ción y el ahorro, sobre este punto
dice:
“Todo avance por el camino de la
prosperidad es fruto del ahorro.
Los ingeniosos inventos resulta-
rían inútiles, en la práctica, si los
factores de capital preciso para su
explotación no hubieran sido pre-
viamente acumulados mediante el
ahorro Los empresarios invierten
el capital, ahorrado por terceros,
con miras a satisfacer del modo
mejor las más urgentes y todavía
no atendidas necesidades de los
consumidores. Al lado de los técni-
cos, dedicados a perfeccionar los
métodos de producción, desem-
peñan, después de quienes supie-
ron ahorrar, un papel decisivo en
el progreso económico. El resto
de los hombres no hace más que
beneciarse de las actuaciones de
estos tres tipos de adelantados.
Cualquiera que sea su actividad, el
hombre de la calle no pasa de ser
simple beneciario de un progreso
al que nada ha contribuido”[ (Mi-
ses L. v., 2011).
El desarrollo empresarial de Mi-
ses, gira alrededor de los empre-
sarios como actor principal que
contribuye a dinamizar la activad
económica, los ahorradores y los
técnicos estos últimos son los en-
cargados de transforman y per-
feccionan los procesos de produc-
ción, para que los consumidores
disfruten de mejores productos en
las economías de mercado.
Para el adalid de la economía de
mercado, Hayek, su teoría no se
centra en el empresario en sí, sino
en la importancia que tiene el mer-
cado para trasmitir la información
requerida por los empresarios. El
punto clave está en saber cómo
los individuos obtienen la infor-
mación, es decir, la existencia de
una tendencia hacia el equilibrio
económico implica que las expec-
tativas que se forman los agentes
económicos son acertadas (Ha-
yek, 1937).
Los apóstoles del liberalismo en el
desarrollo empresarial: Mises y Hayek
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La prioridad en el siglo XXI para América Latina con-
siste en multiplicar los emprendedores a través de
una política de Estado; los emprendedores del futu-
ro no pueden ser los tradicionales microempresarios
descontextualizados del siglo pasado. Los empren-
dedores que necesita la región deben poseer unas
cualidades acordes con la exigencia de la economía
globalizada y enfocar su energía y su talento hacia la
creación de empresas dinámicas que puedan diversi-
car el tejido productivo y generar empleos sosteni-
bles.
Es innegable que, en América Latina, no se está pro-
duciendo una real transformación en política de de-
sarrollo empresarial, que incorpora el fomento de
“nuevos emprendimientos y la promoción de una
nueva mentalidad que valorice la actividad empre-
sarial. Prueba de ello es que en los últimos años han
surgido numerosos programas y organizaciones de
creación de nuevas empresas y fomento al espíritu
empresarial tanto, a nivel nacional como en un ámbi-
to municipal,” (Kantis, 2008)
Las organizaciones que han liderado el proceso de
emprendimiento en América Latina con frecuencia
corresponden al sector privado, pero con un conte-
nido de carácter público. Además, las universidades
tanto públicas como privadas, en América Latina,
han incluido en los programas de administración de
empresas, la política de emprendimiento, donde los
potenciales emprendedores presentan sus proyec-
tos para la creación de nuevas empresas. En el caso
de Colombia ha jugado un papel importante, el SENA,
en materia de creación de empresas. También es re-
levante la política de los tratados de Libre Comercio,
debido a los bloques económicos que se han gestado
por la globalización, factor primordial para replan-
tear la política de emprendimiento y la creación de
empresas.
Reto del desarrollo empresarila para
Ámerica latina
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En el contexto de la globalización,
no es extraño, que en América La-
tina hay un despertar en el sector
privado, público y académico por la
política de desarrollo empresarial.
Se está experimentado un lento,
pero “incesante transmisión hacia
una nueva cultura emprendedora,
ha habido manifestaciones de nue-
vo interés en muy distintos esta-
mentos de la sociedad civil de los
países de la región.” (Kantis, 2008)
Las universidades latinoameri-
canas por muchos años habían
guardado silencio académico en
la política de emprendedores, qui-
zás consciente del limitado aporte
que han hecho, están “iniciando
programas de nuevos empren-
dedores, introduciendo materias
relacionadas en los programas de
estudios de otras carreras profe-
sionales y desarrollando trabajo
de investigación sobre múltiples
fenómenos de la creación de em-
presas” (Kantis, 2008).
De hecho, en el plano político, se
está asistiendo a un fenómeno de
proliferación, de iniciativas con la
nalidad de impulsar la creación
de nuevas empresas que apoyan
la reconstrucción del deteriora-
do tejido productivo industrial y
empresarial de los países latinoa-
mericanos. Durante y después de
la época perdida, la aplicación del
modelo de desarrollo de los últi-
mos tiempos ha traído consigo de
graves consecuencias. Además,
los gobiernos municipales de la re-
gión no han sido ajenos a esta ola
de políticas empresariales, hasta el
punto de institucionalizar progra-
mas para la creación de empresas,
tomando como base a los jóvenes,
y el sector privado para el desarro-
llo de la empresarialidad.
Kantis, arguye que los medios de
comunicación en América Latina
están contribuyendo en los proce-
sos de transformación de la cultu-
ra de emprendedores, razón por
la cual, se escuchan diversas pro-
gramaciones sobre el tema. Del
mismo modo, han tomado auge,
los congresos, las conferencias y
los talleres en este campo. De esta
manera, se puede comprender y
entender que la proliferación de
programas de emprendimiento,
tienen una doble connotación: por
un lado, se ha impulsado un espí-
ritu emprendedor, debido a la po-
lítica de desarrollo empresarial, y,
por otro lado; este mismo espíritu
emprendedor se ha extendido a
disímiles campos y a los procesos
de innovación e invención, en la
política de desarrollo empresarial
y focalizados a sectores especí-
cos.
La mayor potencia del mundo,
Estado Unidos, la política empre-
sarial y de emprendimiento tiene
una connotación muy diferente a
los países de América Latina. En
este país, los centros de enseñan-
zas y de investigación privadas
– más que las “agencias guberna-
mentales – son la que se dedican a
mantener y difundir la mentalidad
emprendedora, profundamente
arraigada en la cultura norteame-
ricana; mientras que las políticas
públicas se concentran en mejorar
las condiciones del entorno y el
nanciamiento de las nuevas em-
presas.” (Kantis, 2008). La política
sobre el espíritu emprendedor ha
sido la columna vertebral de la li-
bertad económica del corazón del
capitalismo y ha convertido a Esta-
dos Unidos en la potencia, con el
mayor índice de emprendedores
en el mundo.
Las políticas del desarrollo empresarial en
Ámerica Latina, Estados Unidos y
la Unión Europea
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De otra parte, la Unión Europea ha impulsado con
ahínco la promoción del espíritu empresarial a las
políticas de desarrollo empresarial, en efecto, se ha
iniciado una discusión sobre este tema en el seno
de los países que hacen parte de la Unión Europea,
cabe agregar, que hay abundante información a
acerca del espíritu emprendedor.
.Además, el “Observatorio Europeo de la Pymes” so-
bre creación de empresa y demografía empresarial,
ponen en evidencia las desventaja competitiva del
viejo continente y plantean, en consecuencia, la ne-
cesidad de reaccionar con políticas claras que favo-
rezcan un cambio en el paradigma empresarial para
cerrar la brecha con el resto de países desarrollados,
sobre los índices de emprendedores.
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El objetivo planteado en este estu-
dio se alcanza porque recoge las
contribuciones que las diferentes
escuelas económicas y sus prin-
cipales exponentes hicieron en
la construcción del concepto de
empresario y emprendedor, des-
tacando sus argumentos sobre el
rol y las funciones que desempe-
ñan en la sociedad y en la empre-
sa. Este sirve de escenario para
determinar la caracterización de
empresarios y emprendedores ac-
tualmente.
Desde los postulados mercanti-
listas, caracterizados por la acu-
mulación incesante de riqueza, se
erigió el concepto de empresario y
emprendedor, aunque no hay una
clara diferenciación, pero, sobre-
sale se afán egoísta y la búsqueda
del lucro, a través de los negocios.
Por consiguiente, empresario y
emprendedor, son representados
como mercaderes y negociantes o
comerciantes.
Con la siocracia se encuentran
se resalta la vitalidad del empre-
sario para la actividad económica
de un país. Precisamente, Richard
Cantillón, es quien introduce el
concepto de empresario partien-
do de la función que cumplen las
empresas en los mercados organi-
zados e interrelacionados. En este
sentido, la dinámica del mercado,
dada por la competencia para en
ganar clientes, muestra la viveza
del empresario para reaccionar
ante los movimientos de precios
en los mercados. En este sentido,
el empresario, es un estudioso de
las cambios y reacciones que le
imprimen los precios al mercado,
es decir, aquel que busca oportu-
nidades. No obstante, precisó en-
tre empresario capitalista, como
el propietario, fabricante o comer-
ciante y el emprendedor, como el
que depende de su trabajo y toma
ventaja de la incertidumbre y de
las condiciones de riesgo del mer-
cado.
Aquí se aprecia un aporte funda-
mental en el rol del empresario
como el dueño del capital, que
además combina y coordina los
medios de producción para alcan-
zar resultados. Así, la actividad em-
presarial, determina al empresario
como gestionador de recursos
que se ve enfrentado al problema
del riesgo y la incertidumbre con
las cualidades del emprendedor.
Los aportes de los clásicos, pre-
sentan un empresario como pro-
pietario o capitalista, que, muestra
similitud al que presentan los mer-
cantilistas, pues, quieren sacar del
mercado el benecio máximo. Sin
embargo, el elemento diferencia-
dor, tal como lo expone Smith, es
el aumento de la productividad en
el trabajo. En este punto, se desta-
ca el desarrollo de las habilidades
del trabajador, como consecuen-
cia de la especialización. De esta
manera, aumentar la productivi-
dad del trabajo, es resultado de la
especialización; lo cual se puede
denir como el producto de una
mejora tecnológica o innovación.
A raíz de este se puede inferir que
el empresario capitalista, sin ex-
presarlo, es un emprendedor que
busca acrecentar el rendimiento
del trabajador para maximizar el
benecio empresarial. A. Smith, en
su obra la Riqueza de la Naciones,
precisa la división del trabajo es un
factor del crecimiento económico,
asimismo, pilar fundamental del
progreso y del desarrollo indus-
trial.
Para el caso D. Ricardo, comple-
menta lo dicho por Smith, pero
enfatizando en sobre el aumento
técnica de producción y de la ma-
quinaria incide notablemente en
el aumento del producto neto del
empresario, no obstante, advier-
te sobre el desplazamiento de la
mano de obra. Tomando en cuenta
la posición de J. S.Mill, el progreso
empresarial, se debe al aumento
del capital, la población y las me-
joras en la producción. En este
sentido el empresario requiere de
una capacidad especial. Respecto,
al emprendedor, Mill, lo muestra,
como pieza clave del crecimiento
económico, que requiere de habi-
lidades no comunes, y a quien se
le atribuye el desarrollo del entre-
preneurship o entrepreneur, en
francés.
Conclusiones
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Por el lado de Say, relaciona al empresario con admi-
nistración y coordinación de recursos en la empresa
industrial. Adicionalmente, precisa, que, un empresa-
rio, es exitoso si tiene discernimiento, perseverancia
y conocimiento del mundo de los negocios. Por lo
anterior, el empresario, de Say, asume la responsa-
bilidad, el riesgo y la dirección de la empresa, para lo
cual es necesario el talento empresarial. Respecto al
emprendedor, no especica sus características, pero
se ineren, del talento que debe tener un empresario
para hacer negocios.
Con la entra a los socialistas utópicos y su afán de en
solucionar todos los problemas de la sociedad capi-
talista, Fourrier, con base en los periodos de desarro-
llo social, determinó que la transición de una etapa a
otra estaba relacionada con la invención de nuevos
instrumentos de producción. Aunque no lo explícita,
se puede inferir que, de los periodos de desarrollo
social, asimilados a los ciclos económicos, unas em-
presas desaparecen y otras nacen.; estas eran el pro-
ducto de
Otro de los industriales utópicos, Robert Owen, un
empresario industrial con sentido cooperativo. Owen
integra el empresario y el emprendedor, dado, su ta-
lento innovador para proponer cambios y procedi-
mientos técnicos para aumentar la producción; pero,
además, demostró sus habilidades como empresario,
cuando impulsó y organizó racionalmente la
producción, para mejorar los problemas de los obre-
ros. Su visión empresarial social, lo llevó a poner en
práctica su capacidad emprendedora, dando impulso
a la construcción de vivienda de los obreros, fundan-
do la caja de ahorro y de seguro, creando las guarde-
rías para niños y las casas cuna e institucionalizar los
comités sanitarios, entre otros aspectos atinentes a
los derechos de los trabajadores y del trabajo infantil.
El talento de Owen lo respalda, Saint Simón, cuando
expresa que a falta de organizadores de la produc-
ción sería catastróco para el progreso económico
de una nación. Por consiguiente, destaca el papel
que tiene los empresarios industriales como jabona-
dores del progreso social, a tal punto, que asegura
el futuro de la sociedad, sólo, si es dirigida por los in-
dustriales talentosos y grandes capitalistas. El aporte
de Marx, al desarrollo empresarial, inicia, asumiendo
que el capitalista es empresario, lo cierto, es que su
motivo principal es la generación de ganancia. Este
capitalista, que representa, la burguesía, tiene como
función dinamizar el cambio de los instrumentos de
producción y, en consecuencia, las relaciones de pro-
ducción y, asimismo, las sociales. De esta forma se
suscitan los más grandes cambios en las estructuras
productivas. También, Marx, representa el talento
emprendedor en la capacidad de conocimiento que
se materializa en la tecnología, como un elemento
transformador de las fuerzas productivas. De hecho,
la burguesía-empresarial genera unas relaciones que
por sí solas crean nuevos y potentes medios de pro-
ducción.
Por lo que se reera a los pre-neoclásicos, el empre-
sario, cumple con la función de gestionar los recursos
básicos de la economía con la nalidad de producir
bienes, para luego vender, remunerar los factores y
obtener un benecio. Con base en los anterior, Wal-
ras, parte de que la empresa desarrolla la función de
producción y el empresario bajo la racionalidad per-
fecta necesita conocer los precios de los productos
y los factores, de tal manera, que siempre produce
baja condiciones ecientes y sin incertidumbre.
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En relación con el empresario, su
papel se reduce sólo realizar los
cálculos para medir el benecio y
maximizarlo tomando en cuenta
los cambios que se presentan en
el mercado.
Al igual que lo planteó Cantillón,
emprendedor y empresario, con
Thünen, se fusionan en una sola
persona, es decir, el empresario
como tomador de riesgos y como
innovador. En este sentido, el es-
fuerzo del empresario, se retribu-
ye por su capacidad para hacer
innovaciones, puesto que el em-
presario no descansa, pensando
en cómo ampliar el mercado, dis-
minuir sus costos y reemplazar
los bienes que corren el riesgo de
convertirse en obsoletos. Adicio-
nalmente, Mangoldt, aduce sobre
la renta, que genera la capacidad
emprendedora, dado, que se ve
afectada por la incertidumbre y
el riesgo; dicha renta, se da por o
el talento especial y escaso que el
emprendedor materializa en la in-
novación constante.
A continuación, Marshall, inclu-
ye a la empresa como factor de
producción y agente esencial del
desarrollo económico. Sin embar-
go, el empresario es el capitalista
su ganancia es un ingreso sobre
el capital. En torno a los empren-
dedores, Marshall, los llamó líde-
res por naturaleza, que actúan
en condiciones de incertidumbre,
como lo dijo Cantillón, y, Mill, los
emprendedores poseen habilida-
des especiales.
Desde la postura de Schumpeter,
la posición del empresario apare-
ce como dinamizador y clave prin-
cipal del crecimiento y desarrollo
económico. En contradicción con
el estado estacionario de Walras,
propone la dinámica y el cambio
provocada por las innovaciones,
donde el empresario de encarga
de concebir las innovaciones y las
hace realidad en las empresas. En
consecuencia, las innovaciones
justican el benecio empresarial.
Las innovaciones producen cam-
bios, pero, también rupturas que
afectan su dinámica desequilibra-
da que se resume en el «proceso
de destrucción creadora», me-
diante cual desaparecen y nacen
nuevas empresas. Aquí, Schum-
peter, le da privilegios empresario
innovador individual, no obstante,
propone una clara distinción entre
el empresario innovador y el capi-
talista, el director o el propietario
de la empresa. En denitiva, el in-
novador propaga el cambio, mien-
tras que el capitalista la nancia.
Además, identica cuatro tipos
de empresarios: el fabricante- co-
merciante, el capitán de industria,
el director y el fundador de la em-
presa y en cualquiera de ellos, el
empresario, es hombre innovador
y de iniciativas.
Retomando los elementos anota-
dos por Cantillón en relación en
con el riesgo y la incertidumbre
que enfrenta el empresario, Frank
Knight, analiza sus implicaciones
en la retribución empresarial. En
este sentido se identica un agen-
te además de ser capitalista, tiene
un talento especial para los nego-
cios. Respecto al emprendedor, lo
exalta por la gran inuencia que
ejerce en la economía. Coincidien-
do con Schumpeter, Knigth, ex-
plica que le empresario enfrenta
la incertidumbre, y se constituye
un agente dinámico que impulsa
el desarrollo y promueve la inno-
vación; porque, del espíritu em-
presarial, se vale para hacer una
nueva empresa o denir un nue-
vo mercado, gestionado la incer-
tidumbre y el riesgo. En síntesis,
Knight distingue entre riesgo e
incertidumbre. Por una parte, la
incertidumbre de carácter subjeti-
vo explica y justica la función del
empresario. Por otra, los riesgos
que asume el emprendedor no tie-
ne signicado si la incertidumbre
es asegurada.
La corriente institucionalista de J
K. Galbraiht aparece el concepto
de tecnoestructura, los cuales tie-
ne a su cargo los temas empresa-
riales y toma de decisiones. Cuya
función principal es hacer crecer
la empresa y posesionarla en el
mercado. Para la corriente insti-
tucionalista se pierde el papel del
empresario y del emprendedor,
dado que estos son asumidos por
la tecnoestructura.
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Mises, del liberalismo económico, muestra al empre-
sario como agente económico, que pierda o gana,
dependiendo del acierto de sus previsiones que
haga de la dinámica del mercado. También exalta el
capitalista que estimula la innovación para aumentar
el lucro. En este sentido el empresario es, actor prin-
cipal, contribuye con la dinámica de la activad eco-
nómica.
Por el lado de Hayek, la cuestión no está en el empre-
sario sino en la información que manejan los agentes
a través del mercado de tal manera que les permita
tomar las decisiones más acertada.
Por último, la realidad del desarrollo empresarial en
el contexto latinoamericano debe mostrar un com-
promiso de los Estados, con el objeto de responder
a los retos que demanda la globalización, direccio-
nado el talento emprendedor hacia la creación de
empresas que permitan el fortalecimiento del tejido
empresarial regional, generar empleos y contribuir
con el progreso económico y social.
Aunque hoy, América Latina, las organizaciones lide-
ran el desarrollo del emprendimiento son privadas,
pero con un contenido de carácter público, dado el
impulso de los programas a nivel nacional y local.
Este involucra a las universidades públicas y priva-
das, que han incluido en los programas de adminis-
tración de empresas, la política de emprendimiento,
para formar potenciales emprendedores en la ges-
tión de sus proyectos.
En cuanto a las políticas de desarrollo empresarial,
en América Latina hay un compromiso entre el sector
privado, público y académico. Este progreso ha sido
lento pero progresivo hacia el cambio de la cultura
emprendedora, Las universidades latinoamericanas
iniciaron con programas de nuevos emprendedores
e introduciendo materias relacionadas en los pro-
gramas de estudios de otras carreras profesionales
y elaborando estudios sobre el tema de emprendi-
miento y la creación de empresas.
Desde el plano político, se impulsa la creación de
nuevas empresas mediante la institucionalización
programas para la creación de empresas, tomando
como base a los jóvenes y el sector privado. Del mis-
mo modo, han tomado auge, los congresos, las con-
ferencias, los talleres, seminarios y cursos en temas
relacionados con emprendimiento. De esta manera,
la proliferación de programas de emprendimiento,
cumple la función de impulsar el espíritu emprende-
dor, y este extienda a otros campos, de tal manera
que, se incentive la innovación y el desarrollo empre-
sarial en sectores especícos. Frente a Estado Uni-
dos, la política empresarial y de emprendimiento ha
tenido un efecto muy diferente a los países latinoa-
mericanos. En este país, los centros de enseñanzas
y de investigación privadas se dedican a mantener y
difundir la mentalidad emprendedora, mientras que
las políticas públicas se concentran en la nanciación
de las nuevas empresas, dinámica que ha llevado a
Estados Unidos en tener en mayor índice de empren-
dedores en el mundo.
Respecto a la Unión Europea, se ha dado gran impul-
so a la promoción del espíritu empresarial, con base
en estudios que permiten acumular abundante ma-
terial sobre emprendimiento y espíritu empresarial.
Por lo anterior, el viejo continente, plantean la nece-
sidad de reaccionar con políticas claras que cambien
el paradigma empresarial.
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Acosta, A., & Natralia, V. (2003). http://www.virtual.unal.edu.co/
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de http://www.virtual.unal.edu.co/cursos/economicas/2006969/
lecciones/cap31.htm
Brunet, I., & Alarcón, A. (2004). Teorías sobre la gura del
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Caldera, J., Rodríguez, F., & Moreno, J. (s.f.). http://www.
coronelsuarez.gob.ar/civitas/modulos/noticias/adjuntos/
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Management Review No. De reserva 04-2014-08110025600-203 ISSN 2007-977X Vol.2 No.1
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DOI: https://doi.org/10.18583/umr.v2i1.44
Copyright (c) 2017 Wilfrido de Jesús Primo Tapia y Héctor Felipe Turizo Tapia
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